Carreras de drones, cuando la tecnología marca una nueva competición

Los drones, esos aparatos voladores por control remoto que se están adentrando en tantos sectores. Seguramente alguna vez hayas visto alguno, incluso leído cómo en algunos estudios de grabación los usan para evitar a los paparazzi. Son unos dispositivos cada vez más avanzados y accesibles, con toda una legión de seguidores que ha dado forma incluso a competiciones con ellos.

Los torneos de drones comenzaron a asomar en el año 2013, coincidiendo con el boom de estos dispositivos. No obstante, fue en 2015 cuando comenzaron a dispararse en popularidad, siendo 2016 el que marcaría la historia de este sector con la Xtreme Drone Circuit, la mayor competición del mundo en lo que a carreras de drones se refiere, y la más espectacular de todas.

Pruebas de velocidad, circuitos de precisión, competiciones de piruetas y más. Todo ello, aderezado con unos drones que poco tienen que ver con los domésticos. Mejorados y preparados para competir, tan solo hay que echar un vistazo a cualquier Tienda de drones de carreras para ver lo diferentes que son.

Nacimiento y crecimiento de los torneos de drones

Año 2015, Las Vegas. Cincuenta participantes se reúnen en las instalaciones de un hotel abandonado en el centro de la ciudad de los neones para competir en un circuito de 150 metros de largo por un premio de 5.000 dólares y la esperanza de conseguir patrocinadores para comenzar a forjarse una nueva carrera en este sector naciente.

Ese es el contexto en el que nació la XDC Racing, primera gran competición de este mundillo, y la que marcaría el sector durante todos los años venideros. Una que condensó, en su primera edición, las guías que marcarían a los torneos de drones.

Dispositivos modificados para alcanzar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora, personalizados para tener un nombre propio y, por último, pero no por ello menos importante, el uso e instalación de unas cámaras y gafas para ver a través de ellas de lo más avanzadas. Sistemas y cambios que llevaron a los competidores a gastar más de 10.000 dólares por dron.

Ahí se sembró la semilla de un mundo que no ha parado de crecer. Desde entonces, la cantidad de torneos y competiciones de drones ha ido aumentando y ampliando sus posibilidades de forma exponencial. Así, por ejemplo, tenemos torneos que se celebran en busca de la mejor fotografía hecha con un dron, o incluso batallas entre estos aparatos como si fueran auténticas naves de combate.

Miles de torneos repartidos por todo el mundo, con precios que en ocasiones superan el centenar de miles de euros, que están levantando más y más pasiones en un sector que, hasta hace un lustro, era casi un desconocido.

¿Qué se necesita para montar un dron competitivo?

Viendo lo que ha crecido y la enorme legión que ha generado, cada vez hay más personas preguntándose qué hace falta para montar un dron competitivo. Teniendo en cuenta que la categoría de velocidad es la más habitual en los torneos con grandes recompensas, vamos a centrarnos en el material necesario para conseguir hacer uno de estos aparatos y convertirlo en algo apto para competir por ver quién es el más veloz.

Chasis

El pilar principal de tu dron es su chasis, por eso tienes que buscar un material que sea resistente y ligero. Lo habitual es recurrir a la fibra de carbono, ya que apenas esa y otorga una gran resistencia. Es la combinación de características ideal para que tu aparato se mueva con mayor velocidad y, en caso de impacto, no sufra daños graves.

Cámara y gafas

Aunque son elementos finales, no dejan de ser imprescindibles. Contar con unas buenas camaras FPV y unas gafas para ver la imagen en tiempo real es esencial. De esta forma, podrás ver lo que «ve» el dron sin retardo alguno para, así, poder manejarlo de la mejor forma posible. Marcas como Fat Shark son de lo más recomendable aquí. Dan muy buenos resultados con precios muy competitivos.

Hélices y motor

Si bien el chasis es la base, las hélices y el motor son lo que se encarga de darle movilidad al conjunto. Para las primeras, la fibra de carbono suele ser el material ideal. Es resistente y es ligero, lo que hace que el elemento más frágil de cualquier dron, sus hélices, sea lo más duro posible, además de menos ruidoso.

Por otra parte, el motor aconsejable es uno que no tenga escobillas. Debes escoger un conjunto de motores capaz de levantar el doble del peso del aparato en total, incluso el triple si fuera necesario. A mayor potencia, mayor fuerza bruta y velocidad, debes tenerlo en cuenta. Para tener una buena idea del tipo a escoger, la medida principal son los KV, revoluciones por voltio.

Estos son los elementos principales de cualquier dron competitivo, pero hay que tener en cuenta muchos más factores. Para empezar, los variadores o incluso la placa PDB para facilitar el montaje de todos los componentes. Para terminar, también tenemos la más que necesaria batería, la placa controladora y los receptores para la emisora, normalmente un mando de radiocontrol.

Todo esto hace que el precio mínimo para tener un buen dron competitivo roce los 400 euros, además de obligarte a aprender a montarlo. Puede que la toma de contacto sea complicada, pero, una vez te hagas a ello, seguramente no podrás dejar de experimentar y pilotar con estos drones competitivos.