El origen y la evolución del paraguas

Estamos aproximándonos ya al mes de noviembre y parece por fin que el otoño ha llegado, y con él las lluvias. Cuando las precipitaciones son una constante, especialmente en la cornisa cantábrica, una región con un régimen pluviométrico muy elevado, prácticamente a nadie se le ocurre salir de casa sin ir equipado con un buen paraguas un día de lluvia.

Pero, lo que hoy en un objeto cotidiano, no siempre lo fue. Hasta hace poco más de un siglo, este objeto y sus diferentes versiones estaban asociados a la nobleza y las clases altas. Si quieres saber cuál es el origen, la evolución y la historia del paraguas, no pierdas detalle.

China, el lugar de aparición del paraguas

El origen del paraguas está en la China del siglo XI a.C. Este objeto de tanta utilidad tiene ya casi 3.000 años de historia. El país asiático es también la cuna del primer paraguas plegable, un invento con más de 1700 años.

Los chinos fueron los primeros in impermeabilizar la sombrilla y transformarla en un paraguas tal y como hoy lo conocemos. Consiguieron este propósito cubriendo el parasol con cera y barniz. Durante los primeros siglos después de su descubrimiento, tanto la versión para protegerse de la lluvia como la diseñada para el sol estaban únicamente al alcance de personas de alta clase social, políticos o nobles.

La expansión y difusión, la relevancia de la Ruta de la Seda

La Ruta de la Seda, ese itinerario comercial que se hizo tan famoso durante la Edad Media gracias a los viajes de Marco Polo, fue el espacio que permitió la expansión del paraguas, y otros muchos productos orientales desde Oriente hasta Occidente.

Los primeros países a los que llegó el paraguas, o mejor dicho el parasol, fueron Corea, Japón y Persia. En un inicio, en estas regiones solo se empleaba para protegerse ante los rayos solares. Más tarde, el paraguas llegó al Imperio Asirio, a Egipto, la Antigua Grecia y al Imperio Romano.

Era habitual que el parasol o paraguas se empleara como objeto de ritual cortesano. En Grecia solo lo podían utilizar las mujeres. Tras la desaparición del Imperio Romano, el umbraculum (quitasol) se continuó empleando tímidamente, pero en el resto de Europa cayó prácticamente en el olvido.

El siglo XVIII, la conversión total del paraguas

En la Edad Media, el paraguas se ignoró por completo. Solo a final del siglo XV apareció de nuevo este objeto en Francia, si bien seguía siendo un objeto de lujo, un signo externo de prestigio.

En el siglo XVIII, por fin, el paraguas se generalizó en Europa como utensilio para protegerse de la lluvia. Sir Jonas Hongway fue el precursor del paraguas yal y como lo conocemos. Su popularidad se hizo tan grande que hasta se utilizaba en el campo de batalla, hasta que en 1818 el duque de Wellington impidió su uso en campañas militares.

¿Y qué fue del paraguas en España?

El paraguas no llegó a España hasta el siglo XVIII, debido al auge de este utensilio en Francia e Inglaterra. Al principio se convirtió en un objeto de deseo muy cotizado entre las clases altas y la nobleza, pero con el paso de los años, este objeto se fue “democratizando” y la industria paragüera en España fue tomando fuerza.

En el siglo XX, el paraguas pasó a ser un objeto de uso totalmente cotidiano que prácticamente cualquier bolsillo podía permitirse. En la tienda de paraguas Knirps puedes comprar un paraguas online de calidad. Knirps fue la compañía que inventó el paraguas plegable en 1928, al menos la versión más actual del paraguas plegable, el que podemos almacenar en cualquier bolsa o mochila.

El paso de España por Latinoamérica llevó también el paraguas hasta América. La colonización española junto con el resurgimiento del paraguas en Europa hicieron que este objeto se fuera generalizando en Latinoamérica.

Antes de la llegada de Hernán Cortés a México, la nobleza azteca daban paseos equipados con quitasoles o sombrillas, algo que está documentado a través de textos. En el norte del continente, ingleses y franceses expandieron el uso del paraguas, y posteriormente los emigrantes irlandeses, escoceses y de otras partes de Europa hicieron lo propio al intentar buscar una nueva oportunidad en Estados Unidos.