Desde el inicio de los tiempos, la iglesia católica siempre ha tenido gran cantidad de fieles alrededor del mundo. Sin embargo, a pesar de que hoy en día todavía conserva un indiscutible poderío, cada vez son más las personas que le dan la espalda a la iglesia.
Por esta razón, a continuación, analizaremos los tres motivos principales por los cuales la iglesia ha perdido y sigue perdiendo fieles:
Las personas piensan que los cristianos son “hipócritas”
Hoy en día, mucha gente piensa que la iglesia católica sólo es una institución que intenta controlar y que busca poder y dinero. Por lo tanto, también piensan que la mayoría de los pilares fundamentales de la religión, así como sus máximos exponentes: desde el Papa hasta los sacerdotes, son hipócritas y en realidad no les importa la gente ni sus necesidades, sino el bien propio.
Lo cierto es que los cristianos nunca serán suficientemente virtuosos para los exigentes estándares de los alejados de la iglesia.
No importa cuánto bien hagan los cristianos de su parroquia o entorno; siempre las malas noticias que difunden los medios de comunicación todos los días, serán suficiente motivo para alejarse de la iglesia. Por ejemplo: los sacerdotes pederastas, violadores o estafadores.
La espiritualidad es algo personal
Hoy en día, muchas personas aseguran que para tener una relación con Dios no necesitan seguir a la iglesia, ya que, la relación de cada uno con Dios es un sentimiento individual y privado, no algo colectivo.
Por ello, actualmente las religiones organizadas son cada vez más irrelevantes para la espiritualidad moderna. Además, la mayoría de la gente en los países desarrollados está más interesada que nunca en el origen y el sentido de la vida, así como en el conocimiento de las religiones del mundo. Lo sobrenatural, de hecho, sigue atrayendo, pero las iglesias, el clero y los dogmas no resultan tan atractivos.
Necesidad de ser más escuchados y menos juzgados
Otro factor importante por el cual la iglesia pierde fieles es que la mayoría de la gente reclama el derecho a hablar y ser escuchada y sienten que en la iglesia sólo habla el cura o pastor y que nadie los escucha o nadie atiende sus problemas realmente.
Es decir, para los críticos o “alejados”, ir a una misa y escuchar a un cura hablar no resuelve sus problemas personales ni mejora su vida. Además, los sociólogos detectan que la gente hoy en día quiere hablar de sus sentimientos religiosos, formular sus preguntas y dudas, sentirse escuchados y sobre todo incluidos, independientemente de su orientación sexual o su personalidad.
La iglesia sigue promoviendo la unión del hombre y la mujer, y sigue criticando las relaciones entre personas del mismo sexo. Por lo tanto, este también es un punto de desencuentro con los fieles puesto que, actualmente, cada vez son más los homosexuales que sienten que la iglesia los juzga y los rechaza.