Berlín (dpa) – Minifaldas y vestidos largos de noche están esparcidos entre los bastidores mientras los artistas se preparan para el show en Berlín. Fuera, la multitud que aguarda para entrar en el Tempodrom y presenciar la actuación de las drag queens del show estadounidense «RuPaul Carrera de Drags» llevan atuendos que rivalizan con los de los artistas.
El diseñador de moda Thomas Hanisch ha elegido un body brillante con motivos florales y guantes de látex negros. Toda su cabeza está pintada de rojo, incluida la calva, que adorna con una guirnalda de flores.
«Tardé cuatro horas en maquillarme y dos días en confeccionar la vestimenta», relata. A Hanisch, de 28 años, le gusta llevar ropa de mujer en su tiempo libre pero no se imagina trabajando las 24 horas como drag queen.
Está deseando que llegue la noche para presenciar la actuación de las siete drag queens de la famosa serie estadounidense «RuPaul Carrera de Drags».
RuPaul es una de las drag queens comercialmente más exitosas del mundo. Fue parte indispensable de la escena de Nueva York en los años ’90. En su show televisivo, RuPaul Andre Charles, de 58 años, hace que sus alumnos practiquen números cómicos y técnicas de pasarela.
A lo largo del programa, los jueces evalúan el progreso de los participantes y los telespectadores conocen la vida cotidiana de los candidatos, que suelen tener dificultades para hacer realidad sus sueños.
«Carrera de Drags» se emite desde hace una década en la televisión estadounidense y ocupa un lugar estable la cultura popular. Este show de telerrealidad ha ganado numerosos Emmys y celebridades como Lady Gaga han sido invitadas al mismo.
«El show también ha cambiado a la comunidad alemana. Se ha hecho más abierta, lo que es genial. Siempre me sorprendo cuando veo la cantidad de mujeres que también lo siguen», dice Hanisch, con un una copa en la mano.
Sheila Wolf y Gloria Viagra, dos conocidas artistas drags de la escena berlinesa, coinciden en que «Carrera de Drags» ha impulsado la antes relegada escena drag hacia la corriente cultural principal, con las ventajas y desventajas que ello implica.
Para presenciar la actuación de las estrellas del show «RuPaul Carrera de Drags» en Berlín, Viagra se ha puesto un vestido ceñido que resalta sus curvas, chaqueta vaquera y un collar dorado. Wolf lleva un ajustado traje de «cat woman» cubierto con diamantes de imitación.
Antes de «Carrera de Drags», algunas de las personas que acudían a clubs a ver este tipo de espectáculos no habían tenido previamente ningún tipo de contacto con el mundo drag. Como por ejemplo Franziska y Matthias, una pareja que lleva nueve años casada y que aguarda pacientemente su turno para entrar en el Tempodrom entre hombres engalanados con vestidos de noche.
«Somos la prueba viviente de que el show está dirigido a una amplia audiencia, no solo a la comunidad drag», señalan. A ambos les gusta ver el show televisivo juntos. «Es colorido, variado y divertido», dice la pareja.
La cultura drag todavía no forma parte de la principal corriente cultural televisiva germana. Aunque la estrella drag alemana, Olivia Jones, es invitada a menudo a galas de famosos y realiza decenas de shows en clubs de las grandes ciudades, de momento no está prevista una versión alemana de «RuPaul Carrera de Drags» en Netflix.
«Es increíble la cantidad de talento que hay en Alemania. Lo que hace falta es un marketing adecuado. Tenemos que promover más a nuestros artistas», dice Hamisch.
El show de la modelo y presentadora germana Heidi Klum «Germany’s Next Top Model» cuenta ahora con estrellas estadounidenses de «Carrera de Drags» pero no con sus colegas de Alemania.
La presencia actual de las drag queens, que hasta hace poco actuaban mayormente en bares semi escondidos para entretener a una pequeña multitud de seguidores, ha quedado patente después de la actuación en directo de dos horas de duración que protagonizaron las estrellas de la serie estadounidense en Berlín.
Hubo baile, canto, humor y acrobacias. Las estrellas drag animaron al público a que cantase y bailase con ellas mientras la presentadora Michelle Visage decía a los casi 3.000 asistentes: «¡Amaos tal como sois!».
Por Thomas Bremser
Foto: Christoph Soeder/dpa