Cuando sale el test positivo, comienza el estado de buena esperanza para la pareja que espera al nuevo miembro de la familia. Cómo transportarle y dónde transportarle serán las preguntas que nos haremos.
El carrito
Pero por supuesto, al nacer querremos que vea mundo, y para ello será necesario elegir entre los muchos carritos que hay en el mercado. Claro que junto a los carritos de bebé, deberemos también fijarnos en sillas de paseo. Empezaremos con los primeros.
Es lo primordial, y lo que nos permite desplazar a la criatura por la calle, antes de que aprenda a andar por sí sólo. Gracias a él podrá ir comprobando las distintas visiones y ruidos que puede ofrecerle la zona donde paseemos.
Sabemos así que es importante la tracción del carrito. Al dar paseos es probable que el asfalto no sea todo lo suave que deseamos. Por tanto, sería bueno fijarse en la mecánica, pues aislaría al bebé de los baches y botes que conlleve el suelo.
Bien se sabe hoy en día gracias a los pediatras que los niños son altamente frágiles. Es por ello que debemos procurar evitar que su cuerpo suave y vulnerable sufra el traqueteo natural de la calle en la medida de lo posible.
Por supuesto el estado de las ruedas es también algo muy relevante si queremos que los paseos no se eternicen. Y además es muy necesario entender que debe ser plegable si da la casualidad de que surja un vuelo, o para poder meterlo en el coche.
Tampoco está demás que las ruedas puedan quitarse a la hora de plegarse. Pero deberíamos prestar más atención al manillar. Lo ideal es que sea fino, corrido y por tanto fácilmente manejable.
No debemos olvidarnos tampoco de un accesorio fundamental como es la cesta inferior. En este soporte podremos colocar desde peluches para el bebé hasta sus chupetes o sonajeros. Toda la logística necesaria para el paseo.
Tenemos que añadir además a la silla de paseo el capazo. Este nos servirá para que el recién nacido pueda ir tumbado, hasta los primeros cinco o seis meses de vida. El pequeño lo agradecerá.
Así pues, a este respecto tenemos que concluir que su flexibilidad y capacidad de pliegue, su manejabilidad, y la capacidad de portar accesorios es algo esencial. Pero no menos lo es la tracción de las ruedas.
Grupo 0
El grupo 0 a diferencia del capazo sirve para llevar al niño sentado durante el paseo. También se le llama maxicosi, si bien realmente es una marca que ha fagocitado el nombre original (como el jacuzzi a la bañera de hidromasaje).
Hay muchas razones, habitualmente culturales, para escoger el grupo 0 ante el tradicional capazo que tumba al recién nacido. Aunque muchos profesionales lo desaconsejan en los primeros meses, en países anglosajones es muy corriente dicha opción.
Sin embargo, aunque puede conllevar cierto ahorro no tener capazo, para pasar noches fuera de casa es aconsejable comprarlo. Sobre todo porque a veces las cunas de los hoteles son inadecuadas para el pequeño por su irregular tamaño.
El grupo 0 puede servir para los 9 o 13 kilos del bebé, por lo que es aconsejable que sea muy ligero. De esa forma no se hará pesado el paseo con el pequeño (o ya no tan pequeño). De esa forma no hay que buscar otro más ligero.
Es imprescindible el confort para que el bebé pueda dormir, una capota XL con protección del sol, ventilación y ventana para ver a la criatura, cintas suaves y ajustables, fáciles y rápidas de quita y pon además de barra delantera.
Otras consideraciones
Una de las ventajas que tienen los carritos es que aunque su vida útil es todo menos larga, también es cierto que apenas hay desgaste. El bebé como viajero no suele causar daños, y los trayectos cortos también contribuyen a esto.
No podemos olvidarnos de que cada familia es un mundo y el coche ha de adaptarse a la misma. Si vienen gemelos o mellizos, compensará gastarse más dinero en un coche doble. Si se esperan más hijos a corto plazo poder incorporar una segunda silla al mismo.
Aquí entra también el espacio de la vivienda. Un coche clásico para gemelos, por ejemplo, a menudo no cabe por ascensores o puertas, un modelo de línea (dos sillas enfrentadas) sí. Y un trastero es siempre un cuarto muy limitado.
Así pues, debemos reincidir en lo importante que es que sea fácil de plegar. Ya no sólo por el citado y reducido espacio familiar, tanto en casa como en el coche. Es que a menudo será una sola persona sin ayuda la que tenga que plegarlo.
Concluiremos que lo ideal es que el carrito sea seguro, flexible y de confort aceptable para el niño. Y debemos tener clara la decisión entre capazo y grupo 0. Y a su vez, que elegimos no sólo un carrito, sino el primer paso de nuestros niños.
Antonio Godoy