(dpa) – Hay días laborales en los que ya sabemos de antemano que la jornada se extenderá. Esos días son claramente más llevaderos si recargamos energía cada cierto tiempo, aconseja la psicóloga Julia Scharnhorst.
En concreto, se refiere a que cada 90 minutos se debe comer o beber algo o simplemente ir al baño. «Muchos se olvidan incluso de eso cuando están estresados».
Por eso, es bueno recordarse a uno mismo la necesidad de pequeñas pausas, por ejemplo, con recordatorios en el calendario digital cada cierto tiempo o simplemente con notitas de papel pegadas en el escritorio.
Estas recargas de energía tienen dos ventajas: «En primer lugar, a la noche, después de una larga jornada laboral, uno no está tan cansado», señala Scharnhorst. «Y en segundo lugar también durante el día uno rinde mejor».
Estas «mini-pausas» aumentan, por ejemplo, la capacidad de concentración. Y eso significa, a la vez, que quizá no debamos hacer finalmente tantas horas extra.
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