Los pies son una parte muy importante de nuestro cuerpo. En muchas ocasiones, no le prestamos la suficiente atención y esto se traduce en dolor de pies que si se agrava puede convertirse en una patología con una solución más compleja.
La salud de los pies es fundamental, pero también el aspecto estético, especialmente cuando llega el buen tiempo. Ya sea en épocas de frío o con el buen tiempo, cuando acostumbramos a usar calzado abierto y más ligero, el cuidado de los pies es una tarea que no debemos olvidar.
Con los consejos que mostramos a continuación los pies se mantendrán en perfecto estado. No debemos olvidar que los pies son las estructuras que soportan finalmente todo el peso del cuerpo cuando caminamos y la única zona del cuerpo que contacta directamente con el suelo a través del calzado.
Mantener los pies siempre secos
Este consejo es especialmente relevante en temporadas con buen tiempo y con temperaturas agradables. La combinación de calor y humedad pueden provocar la aparición de hongos y bacterias. Esto obliga a mantener los pies limpios y secos. Por esta razón, debemos evitar andar descalzos por zonas propensas a acumular humedad, como bordes de la piscina o duchas comunitarias.
Tras la ducha, si vamos a usar calzado cerrado, ya sea con o sin calcetines, siempre es más recomendable utilizar calcetines, hay que secar bien los pies, para evitar que los pies mojados y cubrirlos cuando todavía no están secos provoque que se acumule humedad, pues esto crea las condiciones idóneas para el crecimiento de hongos y bacterias.
Hidratar la piel… y los pies
El cuerpo humano necesita estar continuamente hidratado, pues esto ayuda a mejorar la circulación en el organismo. Como no podía ser de otra manera, los pies también necesitan hidratación. En el caso de llevar zapatos descubiertos, el talón se puede resecar, y con ello aparecer las grietas.
Para evitar este tipo de problemas estéticos, que pueden derivar en problemas de salud, la solución pasa por mantener los pies hidratados. En el mercado encontramos productos hidratantes específicos para la piel de rápida absorción. El modo de utilización de estas cremas es similar a otras parecidas para el resto del cuerpo: aplicar la crema y masajear para que penetre mejor. Para completar el cuidado de los pies, exfoliarlos periódicamente es otra opción interesante.
Usar un buen calzado
Es otro de esos consejos que parece de perogrullo, pero que en muchas ocasiones pasamos por alto. La mejor solución para mantener los pies sanos es utilizando calzado cómodo. Para comprar zapatos comodos podemos acudir a la web 24hrs.es, una tienda a través de la cual comprar zapatos online.
En verano, el uso continuado de chanclas no es muy recomendable, ya que al no sujetar el pie, la fuerza para tener más estabilidad recae en las dedos y esto puede provocar la deformidad de las extremidades y la aparición de callos.
En todo tipo de calzado, cuanto más natural sea el material que está en contacto directo con la piel, mejor. A ser posible, se debe prescindir del calzado que sea sintético y estrecho, pues esto impide la transpiración de los pies.
Cuidar las uñas, grandes olvidados
Las uñas no solo hay que cuidarlas por fuera, es decir, ir a un centro de estética a que nos hagan la pedicura está muy bien, pero si las uñas tienen algún problema, como hongos o bacterias, con este trabajo estético solo se consigue tapar la infección y no darle solución.
Las uñas hay que cortarlas siempre de forma cuadrada, para que no claven en la piel, e hidratar las cutículas.La alimentación es muy importante para las uñas: alimentos ricos en vitaminas A, B y C y minerales como el calcio, zinc y el yodo no pueden faltar en la dieta diaria.
Favorecer la circulación
La última recomendación resume un poco todas las anteriores, ya que hablamos de favorecer una circulación correcta. Para ello, la higiene corporal es fundamental. Debemos evitar cruzar las piernas durante mucho tiempo. En caso de pasar buena parte de la jornada laboral sentados es aconsejable hacerse con un reposapiés y cada cierto tiempo tener actividad en los pies caminando o encogiendo y estirando los dedos, así como hacer círculos con los tobillos.