El Cairo/Sydney, 16 dic (dpa) – La decisión de Australia de reconocer Jerusalén occidental como capital de Israel «causa consternación» y es «tendenciosa», señaló hoy la Liga Árabe.
El sábado el primer ministro australiano, Scott Morrison, anunció que su país reconocerá formalmente la parte oeste de la ciudad como capital de Israel, aunque no trasladará allí por ahora su embajada, situada en Tel Aviv.
Morrison también se comprometió a reconocer un futuro Estado Palestino con Jerusalén oriental como capital cuando se consiga un acuerdo de paz duradero entre ambas partes.
La decisión fue bienvenida en Israel pero generó críticas en otras partes.
«Reconocer Jerusalén occidental como la capital de Israel a la vez que se ignora el reconocimiento de Jerusalén oriental como capital del Estado de Palestina es tendenciosa a favor de Israel», dijo el jefe de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit.
«La posición australiana es incompleta y como tal causa consternación», declaró desde los Emiratos Árabes Unidos, donde asiste a una conferencia.
«Llamo al Gobierno australiano a corregir su posición y reconocer sin demora el Estado de Palestina y su capital, Jerusalén oriental. En ese caso consideraremos equilibrada su posición», añadió.
Australia se suma así a Rusia, Panamá y República Checa a la hora de reconocer a Jerusalén occidental como capital israelí.
El anuncio se produce un año después de que Estados Unidos reconociera la disputada ciudad como capital del Estado judío y trasladara su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, seguido de Guatemala y Honduras. Paraguay también lo hizo, pero después revirtió la decisión tras un cambio de Gobierno, mientras el futuro presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, también anunció el traslado de la legación diplomática.
La medida es controvertida porque la comunidad internacional respetaba el consenso hasta ese momento de que la cuestión de Jerusalén debía resolverse en el marco de conversaciones de paz. Israel aspira a ver reconocida toda la ciudad como su capital «eterna e indivisible» mientras los palestinos reclaman la parte oriental como parte de un futuro Estado. La decisión de Washington rompió ese consenso.