París, 15 dic (dpa) – Cientos de manifestantes vestidos con chalecos amarillos salieron hoy a las calles en París, por quinto sábado consecutivo, para protestar contra el elevado costo de la vida y exigir la dimisión del presidente, Emmanuel Macron, por su política de reformas.
En la avenida de los Campos Elíseos se registraron momentos de tensión entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, que emplearon gases lacrimógenos y cañones de agua a presión para dispersar a la multitud.
Según la jefatura de Policía de París, más de 150 personas fueron detenidas, de las que más de 110 quedaron bajo custodia policial.
De acuerdo con el Ministerio del Interior, unas 2.200 personas participaron en las protestas en París y unas 33.500 en toda Francia, cifras notablemente inferiores a las registradas hace una semana.
Tan solo en París fueron movilizados 8.000 policías, 14 vehículos blindados y policías montados a caballo para contener las protestas. En toda Francia fueron movilizados 69.000 miembros de las fuerzas de seguridad.
Los denominados «chalecos amarillos», que reciben el nombre de los chalecos reflectantes que se utilizan en las carreteras, organizaron frente a la ópera Garnier una sentada. Los manifestantes se arrodillaron y cruzaron las manos detrás de la cabeza, en alusión a la detención masiva, hace varios días, de escolares que protestaron contra las reformas educativas y bloquearon sus centros de enseñanza.
En los Campos Elíseos posaron en silencio durante varios minutos delante de las fuerzas de seguridad varias mujeres medio desnudas y disfrazadas de Marianne, uno de los símbolos de la República Francesa.
A diferencia del sábado pasado, esta vez permanecieron abiertas muchas atracciones turísticas en París, entre ellas el famoso Museo del Louvre y la Torre Eiffel. París no debería dar la impresión de ser una «ciudad muerta», declaró el jefe de la Policía capitalina, Michel Delpuech.
Según el Gobierno francés, los continuos bloqueos de carreteras y las protestas han repercutido negativamente en el crecimiento económico del país. El banco central de Francia redujo a la mitad, del 0,4 al 0,2 por ciento, su previsión de crecimiento para el último trimestre de 2018.
Miembros del Gobierno francés habían reiterado sus llamamientos a que las protestas fueran canceladas después de que cuatro personas murieran en un atentado perpetrado el martes en el mercado navideño de la ciudad de Estrasburgo.
Macron apeló el viernes a la calma, el orden y la vuelta a la normalidad que necesita el país y pidió a los manifestantes que se sumen a un debate nacional que prometió abarcará numerosas cuestiones políticas.
En respuesta a las demandas de los «chalecos amarillos», el presidente galo había anunciado el pasado lunes un paquete de medidas que incluyen partidas extras para los trabajadores con menos ingresos, así como exenciones tributarias sobre las horas extras y algunas pensiones. Antes, el Ejecutivo ya había accedido a suspender durante un tiempo la prevista subida del impuesto a los carburantes, medida que motivó en origen las protestas.