La ausencia del emir de Qatar ensombrece el encuentro anual de los países del Golfo

Riad, 9 dic (dpa) – La ausencia del emir de Qatar, en el marco de una disputa con algunos de sus vecinos, y la guerra de Yemen ensombrecieron el encuentro anual del Consejo de Cooperación del Golfo que reunió a los países de la región hoy en Riad.

En medio de la crisis que enfrenta a Qatar con el resto de sus vecinos, el emir Tamim bin Hamad Al Thani rechazó la invitación para asistir al encuentro y envió en su lugar al ministro de Estado Sultán al Muraichi, informó hoy el responsable de información del Ministerio de Exteriores. Los líderes de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Omán tampoco acudieron al evento y enviaron a representantes en su lugar.

En su discurso de apertura, el rey saudí Salman destacó sin embargo la unidad de los países del Golfo y dirigió una dura crítica a Irán, la potencia chiita regional y competidor geopolítico de Riad. «El régimen de Irán sigue interfiriendo en cuestiones internas de los países vecinos», dijo el monarca. El país apoya el terrorismo y amenaza la estabilidad de la región, dijo destacando su intención de salvaguardar la unidad del Consejo de Cooperación del Golfo.

En junio de 2017 Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, respaldados por Egipto, impusieron un bloqueo diplomático, económico y de transporte al emirato de Qatar, acusándolo de apoyar el terrorismo y tener una relación muy cercana a Irán. Qatar negó las acusaciones y se negó a rebajar sus relaciones con Teherán. Hace unos días anunció su abandono de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El encuentro anual del Consejo de Cooperación del Golfo sirve para estrechar relaciones entre los países, especialmente en lo que respecta a la cooperación económica y en política de seguridad. En la declaración final del encuentro de hoy, el grupo creado en 1981 -eintegrado por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Kuwait, Omán y Qatar-, manifestó su intención de estrechar la cooperación en esos dos ámbitos.

Pero este año, además de la disputa con Qatar, también planeó sobre la cumbre la guerra en Yemen, punto caliente en la región. Arabia Saudí dirige una coalición de países sunitas que apoya al Gobierno reconocido internacionalmente y bombardea posiciones de los rebeldes hutíes en ese países, con frecuencia dejando también víctimas civiles. Estados Unidos ha aumentado la presión sobre Riad para forzarlo a participar en negociaciones de paz.

Internacionalmente Arabia Saudí también se ha visto muy presionada tras el asesinato del periodista crítico saudí Jamal Khashoggi en el consulado del país en Estambul a comienzos de octubre, después de que Turquía apuntara directamente a la cúpula saudí e incluso llegaran a recaer sospechas sobre el príncipe heredero, Mohammed bin Salman.

El emir de Kuwait, Sabah Al Ahmed Al Sabah, llamó a los países a evitar acusaciones y ataques a través de los medios, después de que el ministro de Exteriores de Bahréin criticara oficialmente la ausencia del emir qatarí.

El año pasado, la cumbre prevista para dos días en Kuwait terminó horas después del inicio ya que los únicos jefes de Estado presentes fueron los emires de Qatar y Kuwait.