Se prevé un nuevo recorte de la producción de petróleo de la OPEP

Viena, 5 dic (dpa) – A principios de octubre se situaba en más de 86 dólares, a principios de diciembre solo en poco más de 60 dólares. El precio del barril (159 litros) del petróleo Brent, de referencia en Europa, ha sufrido en las últimas semanas un fuerte descenso, aunque volvió a subir a principios de esta semana.

El jueves y viernes se reunirán en Viena la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con los países que cooperan con el cartel (OPEP+). Según todos los indicios, el objetivo mínimo es volver a estabilizar el precio del crudo mediante una prórroga del recorte de producción o incluso una mayor reducción.

«En realidad, está claro que el recorte de producción se prolongará hasta 2019, pero lo que no se sabe es cuál será el volumen de reducción y a partir de qué nivel de partida», dijo a dpa el analista del banco alemán Commerzbank Carsten Fritsch.

También el ministro de Energía de los Emiratos Árabes Unidos, Suhail al Mazroui, apuntó en conversación con dpa la necesidad de reducir la producción. Sin embargo, el ministro explicó que la OPEP no se propone como objetivo un precio concreto, sino que más bien pretende acordar una actuación responsable para el mercado mundial del petróleo.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda de petróleo producido por la OPEP se situará el próximo año en 31,3 millones de barriles diarios. Actualmente y según sus propios datos, los 15 países miembros del cartel producen casi 33 millones de barriles diarios. Por tanto, la organización podría acordar un recorte pronunciado. La OPEP cuenta al tal efecto con el apoyo de Rusia, el mayor productor del grupo de países OPEP+. En el entorno de la cumbre del G20 celebrada el pasado fin de semana en Buenos Aires, Rusia y Arabia Saudí ya acordaron actuar en ese sentido.

El límite de producción actualmente vigente, de 32,5 millones de barriles diarios, fue establecido en enero de 2017. Después, la OPEP y OPEP+ prolongaron el recorte de producción en varias ocasiones y se propusieron rebajar la producción efectivamente al límite establecido. La OPEP produce alrededor de un tercio de todo el petróleo en el mundo.

La probabilidad de que ahora se acuerde un nuevo recorte de producción es motivo de disgusto sobre todo para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. «En caso de que la situación económica mundial siga deteriorándose, Trump lo tendrá fácil para encontrar al culpable si los precios del petróleo suben», vaticina el analista en cuestiones energéticas David Welch.

Últimamente, Trump ha llamado una y otra vez a la OPEP a contribuir a una bajada del precio del petróleo. En ese sentido, algunos países miembros del grupo OPEP+ le hicieron un favor incrementando la producción para compensar la caída ocasionada por las sanciones impuestas por el presidente estadounidense a Irán.

Al anunciar las nuevas sanciones a Teherán, Trump había declarado su intención de reducir a cero las exportaciones de petróleo iraní. Al final, sin embargo, las sanciones no resultaron ser tan severas, ya que Trump concedió generosas excepciones a los principales compradores de petróleo iraní. Como consecuencia, las exportaciones iraníes de petróleo no retrocedieron de forma tan drástica como se esperaba. Sin embargo, Trump consiguió con su estrategia exactamente lo que quería: imponer sanciones a Irán y reducir al mismo tiempo el precio del petróleo.

Además, Trump intervino como valedor de la Casa Real de Arabia Saudí, fuertemente criticada por su supuesta implicación en el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi. Actualmente, el reino del desierto está extrayendo grandes volúmenes de crudo. De acuerdo con la agencia de noticias Bloomberg, Arabia Saudí producía a finales de noviembre 11,2 millones de barriles, un nivel récord para este país.

Sin embargo, el acuerdo pactado en la cumbre del G20 con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, demuestra que Arabia Saudí no quiere rebajar su papel totalmente al de simple escudero de Estados Unidos, sino que también está empeñado a seguir defendiendo sus propios intereses, explica Fritsch.

Para el reino saudí, un precio de petróleo más alto es de gran importancia para sus presupuestos generales del Estado. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Arabia Saudí necesita un precio de petróleo de unos 77 dólares el barril para generar suficientes ingresos para el ejercicio financiero 2019.

Por Fabian Nitschmann (dpa)