Nueva York/Los Angeles, 12 nov (dpa) – Noviembre de 2008 fue probablemente una fecha clave para la consolidación del cómic dentro de la cultura masiva. Stan Lee acudió entonces a la Casa Blanca a recibir de manos del presidente George W. Bush la Medalla Nacional de las Artes, la máxima distinción cultural del Gobierno estadounidense.
El creador de El Hombre Araña, Hulk y X-Men, que falleció hoy a los 95 años en Los Angeles, fue uno de los principales autores de cómics y dejó una marca en ese género.
Lee fue celebrado en Washington como «uno de los narradores más prolíficos de Estados Unidos» y todo en un género que los críticos literarios denostaban sólo dos décadas antes. Los cómics eran sólo para una pequeña comunidad de fanáticos compuesta por nerds y marginados, o incluso una fantasía para niños y jóvenes.
No fue hasta los años 80 y 90 que los cómics se convirtieron en literatura pop de moda y llegaron luego a un público masivo a través de películas y videojuegos. El Hombre Araña es conocido en todo el mundo, y no solo entre los niños.
Stanley Martin Lieber, nacido en 1922 en Nueva York, ayudó a derribar esos muros. El hijo de un inmigrante rumano era un adolescente cuando comenzó a trabajar en 1939 en la editorial Timely Comics, que luego se llamó Marvel.
Los textos de relleno que publicó en el tercer número del cómic del Capitán América en el año 1941 fueron considerados el debut de su carrera. Poco después creó su propio personaje de cómic, el Destructor, y publicó bajo su nombre artístico, Stan Lee, que más tarde se convirtió en su nombre oficial.
Con sus creaciones ayudó a la editorial a superar tiempos difíciles en lo económico en los años 40 y 50. Sus Cuatro Fántásticos, desarrollados en 1961 con el dibujante Jack Kirby, sirvieron de inspiración para la Liga de la Justicia del rival DC Commics, en la que se incluyen Superman, Batman, la Mujer Maravilla o Linterna Verde.
Los cuatro astronautas, que cuentan con superpoderes tras un incidente en el espacio, impulsaron a Marvel en el creciente universo de los cómics. Un año después llegó «Spider Man».
Junto a Kirby, Steve Ditko y otros colegas, Lee desarrolló unos 350 personajes de cómics. Y su apariencia – pelos blancos, bigote y lentes de sol de aviador – lo hizo convertirse pronto en una especie de meta-supehéroe.
A diferencia de la competencia, Lee destacó el lado humano de sus héroes con poderes sobrenaturales: Daredevil es ciego, Hulk tiene accesos de rabia descontrolados. Los personajes de «X-Men» también tienen debilidades físicas o emocionales. Y Peter Parker, el personaje que trepa las paredes como el Hombre Araña, debía ser un «joven promedio», según Lee.
«Tener fuerzas sobrenaturales no significa para mi que no se tengan debilidades de carácter, problemas familiares o económicos. Intenté escribir a los personajes como seres humanos que también tienen fuerzas sobrenaturales», indicó Lee en 2013.
Un superhéroe con debilidades es un «ejemplo grandioso», escribió la revista «Psychology Today», que apuntó que parte del crecimiento consiste en reconocer las debilidades y vivir con ellas.
Para Lee, su debilidad era que no recaudó mucho dinero con sus creaciones, ni como editor en Marvel ni como jefe de redacción desde 1972. «Desde el punto de vista empresarial fui tonto. Tendría que haber sido más codicioso», dijo en 2017.
Su fortuna, de todas formas, fue valuada en unos 50 millones de dólares. Según «The Hollywood Reporter», J.C. la hija de Lee, tuvo fuertes peleas con el autor por el futuro de su fortuna. La mujer de Lee, Joan, murió en 2017 a los 93 años.
Lee abandonó su puesto como presidente de Marvel para hacer trabajos más creativos. Escribió adaptaciones cinematográficas, mangas, una serie de televisión para adultos llamada «Stripperella». Además tuvo apariciones especiales en más de dos decenas de películas del universo Marvel.
Y a pesar de que a sus 95 años necesitaba la ayuda de cuidadores en su casa y fuera de ella, solía pasar por ferias de cómics, donde se lo veía rodeado de fans.
Por Johannes Schmitt-Tegge (dpa)