Riga, 7 oct (dpa) – El Gobierno de centro-derecha de Letonia perdió la mayoría en las elecciones legislativas celebradas el sábado, informó hoy la Comisión Electoral, aunque aun no está claro si conseguirá gobernar el partido más votado, la formación pro-rusa Armonía.
Tras finalizar el recuento de todos los votos en el Estado báltico y miembro de la Unión Europea (UE) y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el partido más votado fue Armonía, que logró 23 de los 100 escaños. Le siguen tres agrupaciones fundadas hace poco.
La Unión de Verdes y Granjeros del primer ministro Maris Kucinskis fue castigada pese a que la economía marcha bien. Obtuvo 11 escaños, 10 menos que en las elecciones de 2014.
Sufrieron importantes pérdidas de votos también sus aliados, la nacionalista-conservadora Alianza Nacional (13 escaños) y la liberal-conservadora Jauna Vienotiba (8 escaños).
Aun no estará claro cómo se conformará el futuro Ejecutivo. En las elecciones de 2014 también Armonía fue el partido más votado, pero quedó fuera de la coalición de Gobierno, algo que podría volver a pasar ahora.
«Armonía es y seguirá siendo el partido más importante de Letonia», dijo su principal candidato, Vjaceslavs Dombrovskis. También el líder de la agrupación, Nils Usakovs, destacó que sin Armonía no será posible formar un Gobierno estable.
Los votantes del partido son sobre todo miembros de la fuerte minoría rusa en Letonia, que representa más de un cuarto de los más de dos millones de habitantes del país báltico.
Los grandes ganadores de los comicios fueron tres nuevos grupos: los populistas KPV LV (16 escaños), el Partido Nuevos Conservadores (16 escaños) y el liberal Partido Para el Desarrollo (13 escaños). Será casi imposible que se forme Gobierno sin alguno de estos partidos.
A la vista de la fragmentación del voto y de las reticencias a formar Gobierno con Armonía, los expertos creen que se formará una amplia coalición de partidos conservadores y de centro.
A las elecciones se presentaron 16 partidos y coaliciones. La participación fue de un 54,6 por ciento, el nivel más bajo desde 1991.