El gran temor de cualquier deportista, ya sea profesional o amateur, es la posibilidad permanente de una lesión. Estos problemas suelen derivarse cuando realizamos ejercicios llevados al extremo, creyendo que podemos hacerlos sin consecuencias, o cuando los hacemos sin el control de un educador físico experimentado.
Las lesiones más comunes cuando realizamos actividades deportivas suelen producirse en músculos y tendones, aunque también pueden llegar a sufrirse en algunos huesos, sobre todo cuando hablamos de deportes de contacto. En cualquier caso, como decimos, las lesiones más habituales son los esguinces o torceduras de ligamentos, desgarros en músculos y tendones, lesiones en las rodillas, la hinchazón en algún músculo, daño en el tendón de Aquiles y, más graves, cuando se producen fracturas o dislocaciones.
Para prevenir estos casos tan molestos y dolorosos, lo mejor que podemos hacer es someternos a un reconocimiento médico deportivo, para que se analice nuestro estado físico y saber si estamos o no preparados para realizar nuestro deporte favorito y bajo qué circunstancias específicas debemos enfrentarnos a él.
Estos reconocimientos incluyen, en ocasiones, ciertas pruebas físicas que nos aseguran la verdadera capacidad que posee nuestro cuerpo a la hora de realizar un deporte y su intensidad.
La importancia de las pruebas físicas, las pruebas de esfuerzo para evitar lesiones
Antes de comenzar un ejercicio o practicar un deporte, habitualmente donde vamos a pedirle a nuestro cuerpo un esfuerzo al que no está acostumbrado y vamos a obligarlo a vivir una situación de estrés, debemos realizar algunas pruebas para asegurarnos de que todo está en su sitio, funciona bien y va a dar una respuesta adecuada.
Para ello se realizan las llamadas pruebas de esfuerzo, en las que se incluirán una serie de mediciones que serán las que valoren la condición física del deportista. El examen de estas pruebas incluye, básicamente, la postura corporal y una correcta alineación para que no existan descompensaciones excesivas en los músculos, peso, toma de medidas, auscultación y alguna prueba de fuerza y flexibilidad, pero, sobre todo, la más importante, que es la conocida con el nombre de prueba de esfuerzo.
Durante esta prueba, el deportista deberá realizar el ejercicio de correr sobre una cinta o sobre una bicicleta estática con una intensidad que aumentará progresivamente a un ritmo constante cada minuto. Al mismo tiempo, llevará colocada una máscara para realizar la espirometría, que no es otra cosa que un análisis de gases, y así mismo se monitorizará su ritmo cardíaco de forma constante. También podría someterse, según el tipo de prueba, a pequeñas mediciones de sangre para ir comprobando los índices de lacto. Esta prueba suele durar unos escasos 15 minutos, aproximadamente, obedeciendo el ritmo que nos marquen los profesionales médicos.
La importancia de someterse a estos estudios viene definida por sus resultados, ya que nos mostrarán, entre otros datos, la frecuencia cardiaca máxima, el consumo máximo de oxígeno, donde se localiza el umbral aeróbico y el anaeróbico para controlar la resistencia y el ritmo, respectivamente.
Otros estudios y pruebas avanzadas para el deportista. Estudio biomecánico de la técnica de carrera
Existen otros estudios y pruebas para optimizar la práctica de ejercicios, ser más rápidos, ágiles, resistentes, y sufrir menos lesiones o recuperarse en menos tiempo. Pruebas donde la tecnología juega un papel mucho más relevante. Es el caso de los estudios de biomecánica sobre la técnica de la carrera.
Con un estudio biomecánico de la carrera conseguimos optimizar el proceso de correr, pero si, además, tenemos la tecnología 3D para un mayor análisis, los resultados serán sorprendentes y conseguiremos llevar al máximo rendimiento el placer de correr.
Si quieres conocer a fondo las características del estudio y tener una completa y detallada descripción del estudio Biomecánica de la Carrera 3D de Healthia, Salud Inteligente, la empresa líder en este tipo de pruebas, solo tienes que hacer click en el enlace y dar respuesta a las preguntas más habituales; cómo se realiza, que ofrece este estudio o qué se necesita para realizar la prueba.
Baste decir que está especialmente indicada para todos aquellos deportistas, especialmente corredores, que quieran ir un paso por delante en lo que se refiere al estudio biomecánico de su propio cuerpo y mejorar eficazmente su rendimiento en carrera utilizando las técnicas y aparatos más avanzados.
En esta prueba se colocarán sobre el deportista, con extremo cuidado, un total de 25 marcadores reflectantes meticulosamente repartidos por su cuerpo, desde la cintura hasta los pies. Estos sensores serán los que capten la cámara de infrarrojos que se proyectará sobre ellos y con los que se reproducirán los patrones de movimiento en 3D, con una calidad de hasta 200 fotogramas por segundo. De este modo, el software modeliza una representación del esqueleto del corredor, comparándolo con variables a partir de una base de datos de más de 2000 corredores.
Posteriormente, se analizarán los resultados y se realizarán distintas visualizaciones con el deportista para ver dónde se cometen los fallos, qué se puede mejorar, etcétera.