Lima, 4 oct (dpa) – El abogado del ex presidente peruano Alberto Fujimori, Miguel Pérez Arroyo, consideró hoy que las acciones del partido Fuerza Popular (FP), que lidera la hija del ex mandatario, Keiko, crearon un clima que convirtió en «inevitable» que la Justicia anulara el indulto.
«(Lo ocurrido en FP) nos puso en un escenario político adverso. Jurídicamente esto (la anulación) no tiene pies ni cabeza, pero si le metemos el escenario político era inevitable que pasara», afirmó Pérez Arroyo en la radio RPP.
«Le dije al ex presidente que esto que estaba pasando le iba a jugar en algún momento una mala pasada, porque el escenario político adverso iba a generar una decisión que se contamine políticamente», insistió el jurista.
FP, el partido más grande del Perú, está dividido entre sectores encabezados por los dos hijos de Fujimori, Keiko y Kenji. Aunque el ex mandatario no ha profundizado en el asunto, los analistas estiman que está en favor de las posiciones de su hijo menor, abierto a diálogos con el Gobierno.
De hecho, FP criticó en diciembre la forma en que el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski entregó el indulto, pese a lo cual Keiko, el miércoles, al conocer la anulación de la medida, dijo entre sollozos que hay una persecución contra su progenitor.
«Ojalá se hubiera quebrado antes», ironizó el anterior abogado de Fujimori, César Nakazaki, quien también considera que la actitud de Keiko de permanente confrontación con el Gobierno y de poca colaboración con los intentos para favorecer a su padre han creado condiciones adversas.
Los choques entre los dos hermanos generaron incluso que Kenji fuera destituido como congresista por presión de FP, en donde es indiscutido el mando de Keiko.
Los fujimoristas creen que en la derogación del indulto hay elementos políticos, aunque el Ejecutivo y el Judicial aseguran que se trata de un asunto netamente legal.
El juez Hugo Núñez dejó sin efecto el indulto por no cumplir con cánones internacionales. Ese perdón, otorgado en diciembre, le había evitado a Fujimori pagar 15 de los 25 años de cárcel que se le impusieron por 25 asesinatos y dos secuestros perpetrados en su Gobierno (1990-2000).
Fujimori, de 80 años, está hoy bajo vigilancia policial en una clínica limeña, donde se le atiende por presuntos problemas cardíacos. El ex gobiernante aseguró en un video que su cuerpo no resistirá más prisión. «Por favor, no me maten», clamó.