Londres/Bruselas, 4 oct (dpa) – La primera ministra británica, Theresa May, y su homólogo holandés, Mark Rutte, afirmaron hoy que una serie de presuntos ciberataques de los que acusan a Rusia reflejan «el desprecio» de este país «por los valores y reglas globales que nos mantienen a todos a salvo».
El comunicado conjunto se produce después de que Holanda confirmara que expulsó en abril pasado a cuatro espías rusos debido a un intento de ciberataque contra la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, y que Londres también acusara al servicio secreto militar ruso de ataques informáticos.
«Con las operaciones expuestas hoy hemos arrojado luz sobre las ciberactividades inaceptables del servicio de inteligencia militar ruso», señalan Rutte y May.
«Las temerarias operaciones del GRU se extienden desde la ciberactividad destructiva al uso de agentes neurotóxicos ilegales como hemos visto en Salisbury», añaden en referencia al envenenamiento del ex agente doble ruso Serguei Skripal en marzo pasado en Reino Unido.
«Nuestra acción de hoy refuerza el claro mensaje de la comunidad internacional: defenderemos el sistema internacional basado en reglas y defenderemos las instituciones internacionales de aquellos que buscan causarles daño», sentencian.
Esta mañana, el ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, había informado que el Centro Nacional de Seguridad Cibernética británico descubrió que el GRU estuvo implicado en ataques contra la agencia mundial antidoping WADA, las redes de transporte ucranianas y las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
La inteligencia rusa está detrás de una serie de ataques «arbitrarios e irresponsables» contra organizaciones políticas y empresas, aseguró Hunt.
«Estas no son las acciones de una gran potencia; son las acciones de un Estado paria», dijo como reacción el ministro de Defensa británico, Gavin Williamson, desde Bruselas, donde participa en una cumbre de ministros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En abril, Reino Unido y Estados Unidos ya habían alertado de que hackers a sueldo de Rusia podrían llevar a cabo un ciberataque global.
Por su parte, el servicio secreto militar de Holanda publicó fotos y los nombres de cuatro rusos que fueron expulsados por espionaje e intentos de ciberataques. En septiembre ya se había informado que dos espías rusos habían sido expulsados de Holanda en abril. Al parecer, ellos se dirigían a Suiza para hackear un laboratorio de la OPAQ.
La OPAQ había investigado varios ataques con armas químicas en Siria y también el atentado con una sustancia neurotóxica al ex doble espía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia en la ciudad inglesa de Salisbury en marzo pasado.
Según la ministra holandesa de Defensa, Ank Bijleveld, los investigadores llegaron a la conclusión, después de examinar las notebooks y celulares de los espías rusos, de que se habían planeado también ataques de hackers en Suiza y contra la investigación judicial sobre el derribo de el vuelo MH17 de la compañía Malaysian Airways en el este de Ucrania en julio de 2014, que causó 298 muertos, la mayoría de ellos holandeses.
Una comisión internacional de investigación determinó que el avión fue derribado con un misil del sistema de defensa antiaérea BUK, que pertenece al Ejército ruso.
De acuerdo con la investigación del servicio secreto militar holandés, los espías rusos entraron el 10 de abril con pasaportes de diplomáticos en Holanda, donde fueron recubidos por miembros de la embajada de Rusia. Los rusos alquilaron un automóvil con el que fueron vistos varias veces en las cercanías de la sede central de la OPAQ y los investigadores encontraron en el maletero dispositivos especiales para ciberataques.