Cómo vivir con una cardiopatía congénita

(dpa) – Tener algún tipo de afección en el corazón ya no es una sentencia de muerte ni mucho menos. Hay niños a los que se les detecta este tipo de problemas pero, gracias a la ayuda de la medicina, viven muchísimos años y alcanzan la edad adulta. Por supuesto, no es fácil y deben luchar con varios problemas, pero se puede.

Cuando Sofía nació en 1980 en Leipzig, todo parecía estar en orden. Pero cuando el bebé llegó a casa los padres notaron que no bebía leche. Los médicos le decían a la madre que no se preocupara, que el bebé ya iba a comer, pero la pequeña Sofía no quiso saber nada. Pronto detectaron el problema: tenía algo en el corazón. Hoy Sofía recuerda el momento. «El instinto maternal me salvó la vida», sostiene.

Si miramos las estadísticas, se estima que hoy hay 500.000 personas en Alemania que viven con algún tipo de cardiopatía. De ese grupo, 300.000 son adultas. Existen más de 200 tipos de cardiopatía. Algunas ya pueden ser detectadas en el útero. Otras, sólo cuando la persona es adulta.

En el caso de Sofía, lo que ocurre es que el ventrículo derecho del corazón no le funciona como debería, con lo cual su organismo recibe permanentemente muy poco oxígeno. Cuando tenía unos tres años, fue tratada en Londres por insistencia d esus padres. Allí los médicos la operaron para que la sangre circulara sólo a través del ventrículo sano hacia los pulmones y el resto del organismo.

Las personas como Sofía deben tener muy presente el tema de la salud durante toda su vida, explica el doctor Harald Kaemmerer, que trabaja en Múnich. «Es fundamental tener muy presente el movimiento y la nutrición saludable, por supuesto, adaptada al estado del paciente», explica el cardiólogo. Ni hablar de cigarrillos, alcohol, ni drogas.

Sofía se hace además controles cada seis meses. «Son demasiados los casos de pacientes que se olvidan que es crucial hacerse controles durante toda la vida», advierte Rhoia Neidenbach, del centro de cardiología alemán.

Los especialistas recomiendan que cada paciente se arme un acta de registros y vaya archivando toda la información vinculada a sus chequeos. «Suele suceder que cuando vienen a vernos personas adultas ya no logramos dar con los informes o episodios de su infancia», explica Ralph Stephan. Por eso es tan importante llevar un registro. En algunos países también existe la posibilidad de anotarse en un registro de personas con determinadas cardiopatías.

El tema es muy amplio. No sólo está vinculado a los cuidados estríctamente físicos. También es importante que los afectados sepan dónde están sus límites a la hora de elegir un oficio, por ejemplo. Dependiendo del grado de la afección, no deberían cargar cosas pesadas.

Si bien este tipo de afecciones no siempre son fáciles de llevar, Sofía también puede verle el lado positivo: «Lucho por mi vida desde que soy pequeña», comenta. Y eso me ha hecho una persona muy positiva. «Sé que el tiempo es limitado.»

Por Bernadette Winter (dpa)

Foto: Robert Günther/dpa-tmn