GLENCREE (dpa) – Son las últimas moradas de los caídos en la guerra, lugares para el luto de los deudos y monumentos silenciosos de la historia: cementerios de soldados alemanes. En toda Europa existen estos lugares conmemorativos. He aquí una selección, de Irlanda a Grecia:
GLENCREE (Irlanda)
En una antigua cantera en las montañas se encuentran enterrados 134 soldados caídos, muchos de ellos sin nombre. Las montañas de Wicklow se convirtieron en la última morada de seis muertos de la Primera y 128 de la Segunda Guerra Mundial, que fueron exhumados en toda Irlanda y trasladados a este lugar.
«Cementerio militar alemán 1914/18+1939/45», dice un letrero en un muro de piedra natural cubierto de musgo junto a la puerta de hierro forjado del cementerio, situado 16 kilómetros al sur de Dublín.
En Glencree están enterrados sobre todo tripulantes de submarinos, pilotos de cazas y bombarderos, pero también el espía alemán Hermann Görtz. Durante la Segunda Guerra Mundial, Görtz se lanzó en paracaídas sobre la costa de Irlanda.
La misión del espía era establecer contacto con el Ejército Republicano Irlandés (IRA) y provocar un levantamiento en Irlanda del Norte. Estaba previsto que después de su captura fuese entregado en 1947 a la Alemania ocupada, pero esto nunca ocurrió: después de enterarse de su futura extradición, Görtz se quitó la vida con ácido cianhídrico.
Todos los años, en el Día de los Caídos, la embajada alemana en Irlanda organiza una ceremonia oficial en el cementerio militar. A pocos metros de distancia se encuentra el Centro para la Paz y la Reconciliación de Glencree, que recuerda a un campamento de acogida para huérfanos de la Alemania destruida durante la guerra. Con la «Operación Shamrock», la Cruz Roja Irlandesa salvó a los niños de la muerte por inanición.
YSSELSTEYN (Holanda)
En este cementerio, situado pocos kilómetros al sur de la ciudad de Venray, en la provincia de Limburgo, se encuentra el único monumento erigido en Holanda en honor a un soldado del Ejército hitleriano. El soldado, Karl-Heinz Rosch, está enterrado en este cementerio pero su estatua, con dos niños bajo el brazo, fue trasladada en 2008 a un jardín privado del pequeño pueblo de Goirle, en el sur de Holanda.
En Goirle, Rosch estaba destacado como artillero en octubre de 1944. En medio del fuego de artillería de los aliados, el soldado, de 18 años, puso a salvo a dos niños pequeños, Jan, de cuatro años, y Toos, de cinco, que estaban jugando en una granja sin percatarse del peligro. Al regresar a su compañía después de haber rescatado a los niños, Rosch fue alcanzado mortalmente por una granada inglesa.
El joven soldado alemán, visto como un héroe por la población local, fue enterrado al principio en la granja. En 1948, sus restos fueron trasladados al cementerio militar de Ysselsteyn, donde encontraron su última morada entre brezales y pantanos 31.500 caídos de la guerra. Con una superficie de unas 30 hectáreas, este es el cementerio militar alemán más grande en todo el mundo.
LANGEMARK (Bélgica)
En este cementerio están enterrados más de 44.000 soldados alemanes caídos durante la Primera Guerra Mundial, en la Batalla de Flandes. Solo hay losas en el césped. Cada tumba alberga los cadáveres de hasta 20 soldados caídos.
Muchos habitantes de Langemark, en el oeste de Flandes, llaman a este lugar «cementerio de estudiantes», ya que el 4º Ejército alemán estaba integrado mayormente por jóvenes voluntarios mal entrenados: estudiantes y alumnos. Muchos soldados pudieron ser identificados y otros muchos no.
Tan solo en una fosa común están enterrados casi 25.000 soldados. «Los muertos de este cementerio recuerdan la importancia de la paz», señala una placa. El cementerio atrae cada año a unos 250.000 visitantes.
ANDILLY (Francia)
Largas hileras de cruces de piedra. El cementerio de Andilly, un pueblo de Lorena, en el noreste de Francia, de apenas 250 habitantes, es imponente. Con más de 33.000 muertos, es el cementerio más grande en Francia de soldados alemanes caídos en la Segunda Guerra Mundial.
En un panel en la entrada hay una cita de Albert Schweitzer: «Las tumbas de soldados son los grandes predicadores de la paz». Una puerta de hierro artísticamente forjado da acceso al cementerio y ofrece una vista muy amplia de la necrópolis.
Inicialmente fue un cementerio común de soldados estadounidenses y alemanes. Después de la guerra, los estadounidenses fueron trasladados a la localidad de Saint-Avold, también en Lorena.
MALEME (Grecia)
El cementerio militar alemán de Maleme, en la costa norte de Creta, pertenece a los paracaidistas. De los 4.465 soldados enterrados aquí, 3.352 murieron durante la «Operación Merkur», un ataque lanzado en mayo de 1941 por tropas aerotransportadas alemanas contra la isla de Creta con el objetivo de poner fin a la campaña de los Balcanes. En solo pocas horas murieron alrededor de una quinta parte de los soldados alemanes, así como miles de británicos, neozelandeses y griegos.
El cementerio, inaugurado el 6 de octubre de 1974, está situado a aproximadamente un kilómetro de la localidad de Maleme. El plano del amplio cementerio simboliza los cuatro principales escenarios de la Batalla de Creta: La Canea, Maleme, Rétino y Heraclión.
Los visitantes suben desde la calle por unos escalones hacia el cementerio con sus losas de granito, en donde están grabados los nombres y las fechas de nacimiento y de la muerte. El cementerio está abierto todos los días y hay autobuses turísticos que se dirigen a él.
Por Larissa Loges (dpa)
Foto: Liberation Route Europe/dpa-tmn