(dpa) – «Llegue a la estación dos horas antes de la salida», recomienda el empleado del mostrador el día antes de tomar el tren en Dar es Salaam, un recordatorio de que viajar por Tanzania en ferrocarril lleva mucho tiempo, incluso antes de comenzar el trayecto.
El tren sale a orillas del Océano Índico, con un retraso de poco menos de cuatro horas, y eso no está nada mal, porque a veces es incluso un día entero.
Casi dos días en tren
El viaje desde Dar es Salaam hasta Mwanza, a orillas del lago Victoria, dura unas 40 horas. El billete de primera clase cuesta alrededor de 75.000 chelines tanzanos, unos 29,40 euros.
En realidad no se trata de un compartimento de lujo. Asientos desgastados. Un pequeño lavabo oxidado. Un ventilador. Un palo aguanta la ventana corrediza. El lavabo es un agujero en el suelo.
Bajo el cielo nocturno, el tren traquetea desde la costa hacia el interior. Por poco dinero un empleado del ferrocarril sirve la cena: Arroz con carne y verduras. Sencilla, pero no está nada mal.
Encontrar la relajación y el sueño no es fácil. El tren traquetea y se balancea sobre las vías, permanentemente, también de noche.
Los primeros rayos de sol brillan a través del vapor gris que expulsa el motor diésel. Después de unas 16 horas y 465 kilómetros el tren llega a la capital de Tanzania, Dodoma.
Un legado de la época colonial
La red ferroviaria de Tanzania se remonta a la época colonial, antes de lograr la independencia en 1961. La Línea Central a Kigoma, junto al lago Tanganica, fue construida por los alemanes y la Línea Norte a Mwanza por los británicos.
Con la ayuda de China, el ferrocarril de Tazara se incorporó a la red a finales de la década de 1970. Cruza varios parques nacionales en el sur de Tanzania hasta llegar a la vecina Zambia.
Normalmente los trenes pasan dos veces por semana. La hora solo la saben los empleados de la estación.
Comer en el tren
En la pequeña población de Saranda, la estación se transforma en cuestión de segundos en una cantina al aire libre. Los residentes asan Mishkaki (brochetas de carne), cocinan Chipsi Mayai (tortilla de patatas) o arroz con frijoles.
Muchos pasajeros ya están preparados con cubiertos y latas en sus manos y se apresuran al restaurante. Los que no quieren bajarse del vagón también son atendidos por la ventanilla.
Nacimiento en el tren
La segunda noche también es movida. A las 2:00 el tren llega a Tabora. Tarda dos horas y pico en continuar, debido a que una parte se separa para ir al Oeste, a Kigoma, y la otra al Norte, a Mwanza.
Por la mañana el pasaje se entera de que además de técnica, la parada también fue humana. Una mujer embarazada dio a luz a su hijo poco antes de llegar a Tabora. «Un médico tuvo que subir al tren, pero todos están bien», explica un compañero de viaje.
Cuanto más se acerca el tren de Mwanza, más verde se vuelve el paisaje. El algodón, el maíz y las espinacas crecen en los campos circundantes.
El viaje a través de Tanzania se acaba. Después de poco menos de 50 horas y unos 1.200 kilómetros de recorrido, el conductor del tren toca la bocina a través del tráfico de la ciudad de Mwanza. A estas horas, el sol ya se está poniendo sobre el lago Victoria.
Cuadro de información: En tren por Tanzania
Viajes: El tren Tazara circula los martes (Normal) y los viernes (Express) desde Dar es Salaam a Zambia, con salida oficial por la tarde. Los billetes de primera clase hasta el final de trayecto cuestan 102.000 chelines tanzanos (casi 40 euros) y deben reservarse al menos con una semana de antelación.
Los trenes de la compañía TRC suelen circular los lunes (Express) y miércoles (Normal) desde Dar es Salaam a Mwanza o Kigoma. A veces también hay uno el fin de semana, pero debido que no hay servicio de atención al cliente, es imprescindible comprobarlo en la estación días antes del viaje previsto.
Información: Autoridad del Ferrocarril Tanzania-Zambia (Tel.: +255 739 998855, E-Mail: info@tazarasite.com, www.tazarasite.com); Corporación Ferroviaria de Tanzania (TRC) (Tel.: +255 22 2110599, E-Mail: md@trl.co.tz, www.trc.co.tz).