En España en la actualidad conviven dos legislaciones sobre sistemas de retención infantil en vehículos, es decir, sobre sillas infantiles para instalar en los vehículos. Hasta el año 2018 los fabricantes podían construir sillas homologables a la normativa ECE R44/04 y desde el año 2013 esta normativa convivía con la directiva europea ECE R-129 i-Size.
La normativa R44/044 entró en vigor en el año 1982 y hasta la fecha ha sido revisada en varias ocasiones. Atendiendo a este reglamento, los sistemas de retención infantil (SRI), se clasifican por grupos: 0, 0+, 1, 2 y 3.
Desde el 1 de enero de 2019 los fabricantes ya no pueden diseñar sillas siguiendo esta normativa, sino que han de adaptarse a la nueva legislación, la directiva europea ECE R-129 i-Size.
Con el sistema i-Size, los niños no se clasifican por grupos, sino por intervalos de estatura y peso. La idea con este sistema es que la elección del SRI sea más simple y atienda a criterios más lógicos. La silla aparece más adaptada a la fisionomía del pequeño.
Conocidas las dos normas que siguen estando vigentes en España sobre sistemas de retención infantil, el hecho de que no se puedan fabricar sillas siguiendo la normativa R44/044 no significa que no puedan ser instaladas en los vehículos, resulta interesante conocer qué dicen los reglamentos sobre viajar con menores en los vehículos.
Las practicas más seguras
El Reglamento General de Circulación no hace referencia a la edad mínima a partir de la cual un niño puede viajar de cara a la marcha, si bien lo más aconsejable es viajar a contramarcha. La única indicación es que los menores de edad que no superen los 135 centímetros de altura deben viajar en un dispositivo de retención homologado a su peso y su talla y que deberán hacerlo siempre en los asientos traseros, salvo algunas excepciones.
Las normativas ECE R44/044 y la ECE R-129 i-Size son las que están vigentes en la actualidad. Cada vez son más vehículos los que están adaptados para el sistema i-Size. Esta nueva normativa incorpora la obligación para los fabricantes de incorporar en sus productos un test de impacto lateral que era inexistente hasta el momento. Sin ese test, la silla no tiene homologación y no puede salir al mercado.
Aunque no existen indicaciones expresas sobre cómo deben viajar los menores en los vehículos, bomberos y guardias civiles recomiendan mantener los sistemas de retención infantil en contramarcha al menos hasta los cuatro años de edad.
Por otra parte, todos los sistemas de retención infantil están sujetos a desgaste, tienen fecha de caducidad. Con el paso del tiempo, van envejeciendo, se van deteriorando. Con los SRI lo que está en juego es la seguridad del pequeño en caso de accidentes, de modo que no es recomendable reutilizar sillas, heredarlas de familiares o amigos, si han estado sometidas a mucho desgaste.
Si con la silla se sufre algún accidente o algún percance, habrá que sustituirlas o al menos consultar con un profesional especializado, para comprobar si el SRI sigue siendo útil. La mayoría de fabricantes ofrecen productos de primera calidad, por lo que suelen ser confiables. En cualquier caso, los SRI no protegen a los pequeños de manera integral, lo que implica conducir de manera responsable, sin poner en riesgo a los pasajeros.
Otra recomendación importante es la de asegurarse en cada desplazamiento que el sistema de retención está bien anclado al vehículo. La normativa R-129 i-Size admite el denominado sistema Isofix, el más popular en la actualidad porque el anclaje de la silla al vehículo reduce los riesgos de errores en el montaje.
Las precauciones viajando con menores en el vehículo
Viajar a contramarcha reduce las posibilidades de sufrir lesiones graves en un 90% de accidentes. Diferentes estudios elaborados por fabricantes de estos dispositivos advierten de esto, y bomberos y guardias civiles confirman este consejo.
Las sillas, cuando van en dirección contraria a la marcha, implican que el movimiento del cuello en caso de que ocurra un accidente, sea menor. Así, la fuerza del golpe se distribuye por toda la zona superior del cuerpo: espalda, cabeza y cuello del pequeño.
La recomendación de viajar a contramarcha para niños menores de cuatro años, en la que también insiste la asociación ACM SV, se debe a que los niños cuando no han alcanzado esa edad todavía no tienen desarrollados por completo huesos y otras estructuras orgánicas.
El sentido inverso a la marcha reduce las posibilidades de sufrir daños en caso de accidente. Solo los impactos traseros animan a colocar la silla en el sentido de la marcha, pero estos impactos son menos numerosos y menos graves. Cuando la silla va colocada a contramarcha, los choques frontales son casi inocuos para el pequeño, porque el SRI absorbe casi en su totalidad el impacto del golpe.