(dpa) – Los amantes del vino deben de estar preparados para algunas sorpresas en relación a la cosecha de este año. Poco menos de un mes antes de la apertura de la feria internacional líder del sector: ProWein, en Düsseldorf (Alemania), son muchos los productores de caldos del hemisferio sur que se encuentran bajo presión.
Incendios forestales en Australia, sequía y cortes crónicos de electricidad en Sudáfrica, protestas sociales y laborales en Chile están haciendo la vida difícil a los viticultores australes.
Poco después de iniciarse la vendimia sudafricana, la impresión de los productores de vino es que podría producirse una escasez de suministro -con el consiguiente incremento de precios para los consumidores-.
Según la patronal del sector, Vinpro, es probable que el volumen de la cosecha sea inferior a la media de los últimos cinco años. En cuanto a la calidad de la misma: «Los informes iniciales de los productores indican que será excelente», asegura Maryna Calow, portavoz de la empresa comercializadora Wines of South Africa (Wosa, por sus siglas en inglés).
Debido a la prolongada sequía y, más recientemente, a los continuos cortes de electricidad, los viticultores del Cabo se han quejado de la disminución de volúmenes de producción y de ingresos en los últimos años. En 2019 Sudáfrica exportó 320 millones de litros de vino, un 24 por ciento menos que el año precedente.
Gracias al aumento de precios los productores están volviendo lentamente a la rentabilidad. Hace años, muchos eran reacios a renovar sus viñedos pero ahora son cada vez más los que deciden experimentar.
«Los vinos del Cabo son ahora mejores que nunca, los productores tienen mayor confianza en sí mismos, son valientes a la hora de experimentar e innovar», afirma Petra Mayer de la organización para la promoción de vinos sudafricanos Weininformation.
El panorama se ha dinamizado en los últimos años, junto a la gama de clásicos hay ahora caldos más complejos producidos por viticultores más jóvenes e independientes. Debido al cambio climático, hay quienes han experimentado con variedades de uva más resistentes al calor o incluso han trasladado sus cultivos a regiones más altas.
En Australia, otra de las principales naciones productoras de vino del hemisferio sur, se teme que el fuerte humo de los incendios forestales sufridos recientemente haya podido perjudicar los aromas de las vides.
Aunque apenas el 1 por ciento de las 150.000 hectáreas de tierra cultivable fue directamente perjudicada por los incendios, según Tony Battaglene, de la Asociación Nacional de Vino:
«El humo tendrá potencialmente un mayor impacto», aunque es pronto para especular cuánta extensión se verá afectada. Por su parte, Anita Poddar, portavoz de la empresa de marketing Wine Australia subraya: «Los sabores ahumados son valorados en el whisky, pero no en el vino».
La región vitivinícola del Valle de Hunter fue particularmente afectada por el fuerte humo, mientras que la de las Colinas de Adelaida sufrió las consecuencias del fuego.
El pasado año Australia registró un volumen de ventas de 1.200 millones de litros de vino, de los cuales 801 millones de litros fueron destinados a la exportación, por un valor de 1.300 millones de dólares. Alemania es el quinto mayor receptor de caldos australianos.
En Argentina todavía no hay estimaciones oficiales de la próxima vendimia. Sin embargo, las previsiones apuntan a una buena cosecha de uva, tanto cualitativa como cuantitativamente. Con 11,8 millones de hectolitros, el sector emplea a unas 100.000 personas. Se trata del sexto país productor de vino del mundo, con unas ventas anuales en torno a los 800 millones de dólares. Variedades de uva como Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Syrah y Merlot son cultivadas en Mendonza, San Juan, La Rioja y Salta , en el noroeste del país.
«Tendremos una muy buena cosecha», dijo recientemente Marceo Belmonte del vitivinícola Grupo Peñaflor al diario «Clarín», «somos muy optimistas respecto a su calidad».
Tras padecer durante años una grave sequía que acarreó grandes pérdidas para la agricultura, el clima ha sido este año favorable. Sin embargo, Argentina sufre actualmente una grave crisis económica y financiera. El Estado quiere ahora habilitar líneas de crédito para favorecer la financiación del sector.
El país vecino, Chile, marcado por meses de protestas laborales y sociales, también se enfrenta a una prolongada sequía. «Hay un gran déficit de agua pero hasta ahora no hemos notado ningún efecto negativo», aseguró el enólogo jefe de la Bodega de Santa Carolina, y agregó: «Esperamos que sea un gran año con una fantástica cosecha y excelentes vinos».
Por Ralf E. Krüger, Denis Düttmann y Subel Bhandari (dpa)