Cuando el Coronavirus llegó de repente nos vimos obligados a un cambio total en nuestras vidas, en los que tuvimos que estar meses encerrados en nuestras casas y con prohibición de lo contrario a no ser por necesidades primarias, como hacer la compra o una urgencia. Esto nos marcó a la mayoría de nosotros y tuvimos que adaptarnos a la situación sin poder de elección.
Unos lo llevaron mejor y otros lo llevaron peor pero está claro que los que sufrieron un gran golpe fueron los comercios que vieron como sus sueños se iban por la borda y que todo lo trabajado podía tener su fin en ese momento. Otras empresas tuvieron que lidiar con una alta demanda y en condiciones precarias.
Gracias al paso del tiempo, los avances médicos han ido a la velocidad de la luz y poco a poco las empresas españolas se muestran más optimistas y confían en un fuerte aumento de la demanda según avance la vacunación mejorando sus expectativas en cuanto al futuro. Esperan que los usuarios ahora que no hay estado de alarma usen el dinero ahorrado durante el confinamiento en sus negocios. De este modo esperan tener una recuperación económica.
“Muchas empresas empiezan a ver la luz al final de túnel”
Muchas empresas empiezan a ver la luz al final del túnel. Algunas de ellas realmente han sufrido esta crisis como las residencias de ancianos o las funerarias, cuya carga de responsabilidad ha sido abrumadora o empresas como clínicas dentales o clínicas de fisioterapia, cuyo contacto directo con los clientes, ha provocado un cierre total.
Sectores desbordados
En cuando a los sectores que han vivido la pandemia de primera mano a un nivel catastrófico son las empresas funerarias y las residencias de ancianos. Debido a la alta tasa de muertes, estos servicios se han visto desbordados además de estar expuestos continuamente al contagio.
Estos servicios se han visto obligados a reforzar su plantilla con más personal para poder cubrir la alta demanda y han tenido que adoptar muchas más medidas que los demás pues han estado tratando continuamente con personas infectadas por el virus que ha provocado bastantes bajas en el sector.
Las funerarias adoptaron medidas como acumular ataúdes para prevenir la gran demanda que estaban recibiendo continuamente y bajo las nuevas olas que han sido previstas durante este tiempo. En cuanto a las residencias de ancianos, éstas han tenido que lidiar un alto número de muerte de sus pacientes por no disponer de la ayuda necesaria en cuanto a medios y protección. Esto supuso el desbordamiento tanto por cantidad de fallecidos como por la alta demanda de trabajo durante un largo periodo de tiempo teniendo que vivir situaciones realmente tristes.
Empresas que cerraron totalmente
Sin embargo, hubo otros negocios que sufrieron también la pandemia teniendo que lidiar con el cierre total de sus negocios por no poder prestar el servicio directamente con sus clientes. Esto supuso para la mayoría de comercios pequeños una pérdida total de todo lo que habían conseguido con el paso de los años e incluso la entrada en una deuda por no obtener beneficios.
Las clínicas dentales, por ejemplo, cerraron por el alto nivel de contagio que se produzco y cuando poco a poco los contagios mejoraron y había mejor previsión volvieron a abrir adoptando altas medidas sanitarias y de seguridad, pero muchas personas por miedo al contagio decidieron no acudir durante un largo periodo de tiempo por lo que se complicó la reapertura y la obtención de beneficios.
Por otro lado, las clínicas de fisioterapia tuvieron un problema similar y tuvieron que dejar de prestar sus servicios por un largo periodo de tiempo. Muchos de ellos, para no dejar “colgados” a los pacientes que siguen un tratamiento decidieron estar en contacto por redes sociales para hacer un seguimiento de su estado y enviarles ejercicios para realizar uno mismo con la intención de que pudiesen mejorar sus dolencias.
Apoyo a los sectores más afectados y precaución
Para ayudar a todos esos profesionales que siempre están cuando más lo necesitamos es fundamental mostrar nuestro apoyo y siempre que lo necesitemos acudir a sus servicios. A día de hoy, nos encontramos en un momento en el que las vacunas están empezando a normalizar un poco más la pandemia y estamos adaptados a altas medidas sanitarias que hacen que los servicios profesionales sean más seguros.
Es importante que al igual que ellos, nosotros debemos ser cautelosos en cuanto a no confiarnos por estar vacunados y seguir actuando con precaución. Debemos ser conscientes de que vacunarnos no nos impide pillar la enfermedad y contagiarla al resto, por eso es necesario seguir cuidándonos y llevar mascarilla, lavarse las manos y procurar mantener distancias.
Poco a poco vamos mejorando, pero es importante tener en cuenta que aún queda un largo camino para terminar.