Odense (dpa) – Las medusas son como los mosquitos: muchas personas las encuentran molestas y dolorosas. Sin embargo, estos celenterados que pueblan los océanos de la Tierra desde hace unos 500 millones de años podrían adquirir un nuevo significado como recurso.
«En principio, vemos oportunidades para explotarlos como fertilizantes orgánicos en la agricultura, como alimento en piscifactorías o para productos cosméticos», señala la bióloga marina e investigadora de medusas Jamileh Javidpour, profesora de la Universidad del Sur de Dinamarca en Odense.
«En el marco de un proyecto de investigación de la Unión Europea estamos investigando la posibilidad de aprovechar la capacidad de la mucosa de las medusas para adherirse a los microplásticos y desarrollar un biofiltro para plantas depuradoras de aguas residuales», afirma la coordinadora del proyecto «GoJelly» que trabajó largo tiempo en Geomar, el Centro Helmholtz de Investigaciones Oceanográficas en la ciudad alemana de Kiel.
Javidpour explica que las pruebas de laboratorio han demostrado que la mucosa de las medusas puede absorber residuos plásticos en el agua, y anuncia que en tres años se habrá desarrollado un prototipo de filtro para microplástico.
«El objetivo es prevenir la contaminación por microplásticos en las plantas de tratamiento de aguas residuales», detalla. Científicos de la Universidad de Haifa (Israel) están a cargo del desarrollo del filtro.
En el futuro, las plantas depuradoras de Alemania podrán capturar y eliminar entre el 85 y el 95 por ciento de partículas de plástico de sus aguas residuales. Este es el resultado de un estudio del Instituto Fraunhofer de tecnología de medio ambiente, seguridad y energía.
«Esto varía según el equipamiento técnico de la depuradora», explica Leandra Hamann, estudiante de doctorado del instituto con sede en la ciudad de Oberhausen, en la región de Renania del Norte-Westfalia.
Mientras que las partículas de mayor tamaño pueden ser eliminadas más fácilmente, «las muy pequeñas o las que flotan en la columna de agua así como las fibras parecen ser problemáticas», añade la futura científica.
Respecto a las medusas como recurso, Hamann afirma: «La idea es definitivamente interesante. Nosotros también estamos investigando para desarrollar un filtro biónico que reduzca los residuos plásticos y estamos probando, entre otras cosas, la mucosa como medio, pero no necesariamente la de las medusas».
La doctoranda añade que la gran pregunta es, en última instancia, dónde y cómo se integrará este material en los procesos de la planta depuradora de aguas residuales y si absorberá selectivamente los microplásticos o todas las partículas e impurezas existentes.
«Dado que los microplásticos retenidos acaban en los lodos residuales, sería bueno desarrollar un filtro que separara los microplásticos de las otras sustancias antes de eliminarlos».
Según cifras propias, la Unión Europea apoya el proyecto interdisciplinario «GoJelly», iniciado en 2018, con casi seis millones de euros (6,7 millones de dólares). En él participan 16 instituciones de investigación de ocho países, incluidos Israel y China.
Las medusas también podrían servir como recurso para la industria farmacéutica y cosmética. «Los organismos celenterados contienen colágeno, que se utiliza para cremas antienvejecimiento y productos médicos», explica Javidpour.
Una portavoz de Beiersdorf la multinacional alemana que comercializa, entre otras, la marca Nivea, señaló al respecto que el suministro de colágeno desde el exterior, como lo hacen otros fabricantes de cosméticos, no forma parte del enfoque de la firma: «Apostamos más bien a favor de ingredientes activos (como la vitamina C) que apoyan la propia producción de colágeno de la piel».
«Los nutrientes almacenados en las medusas también podrían utilizarse como fertilizantes orgánicos en la agricultura», indica Javidpour, nombrando otra opción.
La científica explica que los experimentos de «GoJelly» han demostrado que los nutrientes derivados de las medusas funcionan igual de bien que los fertilizantes químicos.
Al mismo tiempo advierte que sería erróneo pensar en remolques llenos de medusas arrojando su carga en los campos. «El objetivo es más bien un uso sostenible de las medusas, que son parte integrante del ecosistema marino y sirven de alimento a cien especies de peces».
Usar medusas como alimento para la acuicultura también ofrecería oportunidades, acota Javidpour: «Estamos trabajando en ello». Las medusas ya se utilizan en países asiáticos como alimento para humanos. «Durante una visita a China comí ensalada de medusas todos los días», dice Javidpour.
¿Y a qué sabe la medusa? «A mar, y es bastante salada», revela la científica y aclara que la forma asiática de prepararla no corresponde al gusto europeo.
Por eso, el proyecto «GoJelly» planea un libro de cocina con recetas de un cocinero italiano para que las medusas sean una comida atractiva para los consumidores europeos. «Quizá agreguemos postres con sabor a fresa o a chocolate», comenta Javidpour.
Por Matthias Hoenig (dpa)
Foto: Angelika Warmuth/dpa