Las viviendas están viviendo un resurgir durante este año. Cada vez se pasa más tiempo en ellas y se han convertido en refugio para familiares y amigos cuando la ocasión lo merece. Eso sí, cumpliendo todas las normas de seguridad.
En ese sentido, la vida social ha tenido un pequeño respiro ya que salones y, sobre todo en verano, terrazas, han sido los grandes aliados.
Sin embargo, ¿cómo hacer para contrarrestar el cierre de gimnasios, spas y centros de belleza? ¿Cómo conseguir, en casa, algo parecido que permita que la cultura wellness a la que ya se ha acostumbrado la sociedad, no quede aparcada?
Tan sencillo como seguir las recomendaciones de BeMyPool: crear una sauna en casa.
¿Cuáles son los beneficios de crear una sauna en casa?
En realidad, muchos. Para empezar, se acabó el tener un horario establecido. En cualquier momento libre, se puede disfrutar de ese momento de relax y de bienestar que proporciona el dejarse llevar por la liberación de toxinas.
Aunque muchos puedan pensar que el precio es elevado, a partir de 1500 euros se puede disfrutar de un lujo como este que, bien hechas las cuentas, acabará saliendo mucho más barato para la familia que acudir a cualquier centro.
Ya se opte por una sauna de vapor o de infrarrojos, su mantenimiento y limpieza es mucho más sencillo de lo que pueda parecer. Al igual que su montaje, que en apenas una hora, puede estar en marcha.
“En un año que ha puesto a prueba a la sociedad, el contar con un espacio en casa que permita no solo relajarse sino tener beneficios demostrados como una mejora de la presión arterial, una mejora de la circulación sanguínea, beneficios en el sistema respiratorio o incluso una relajación psíquica, no tiene precio. Bueno sí, uno mucho más accesible de lo que se piensa, con todas las ventajas de no tener que salir de casa y de poder usarlo toda la familia” explican desde la tienda online.
Un hábito que llega del norte
Si hay un país que conoce cuáles son los beneficios no solo en lo que a salud sino a estética se refiere, ese es Finlandia.
Aunque, viendo también lo que nos llegaba de los nórdicos, lo habitual es la sauna de vapor en la que una estufa calienta piedras, lo que genera el vapor de agua típico, lo cierto es que la nueva tendencia pasa precisamente por dar el salto a una alternativa que está convenciendo a los países del norte de Europa, basada además en la optimización energética: se trata de la sauna de infrarrojos.
Ésta consigue la temperatura adecuada con un menor consumo gracias a paneles térmicos infrarrojos que sustituyen a la estufa y que están colocados por las paredes del habitáculo.
Sea como sea, el espacio que se requiere no es mayor que el que se necesita para una bañera en un baño, lo que hace que con un pequeño ahorro y la búsqueda del espacio, el plan wellness tenga ahora una firma casera y familiar.