La oncología es una especialidad médica que evoluciona rápidamente. El conocimiento a nivel molecular de la enfermedad, así como de las características diferenciales entre distintos tipos de tumores, ha llevado al desarrollo de tratamientos médicos altamente selectivos, con una gran cantidad de fármacos aprobados.
En tanto que la incidencia de la enfermedad aumenta gradualmente por distintas causas, la mortalidad disminuye de manera progresiva. No cabe duda alguna de que se trata de una enfermedad altamente incidente, que se diagnostica día a día pero que también se cura en gran cantidad de casos.
Una enfermedad muy presente en los medios de comunicación
Cada vez más las instituciones, fundaciones e inclusos las personas individuales apuestan fuerte por la investigación oncológica. Estas últimas encuentran en el máster oncología una excelente alternativa para completar su formación.
Por otro lado, los medios de comunicación hablan del tema de forma constante, ya que ninguna enfermedad afecta a tantas personas a este nivel. De hecho la sociedad está muy pendiente de los nuevos avances, que pueden suponer un cambio fundamental para las personas afectadas.
La oncología como especialidad íntimamente ligada con la investigación
El oncólogo clínico no puede entenderse hoy día sin la investigación. Los avances se producen a pasos agigantados. A veces se trata de cuestiones pequeñas, que consideradas de forma separada podrían resultar bastante insignificantes. Sin embargo, en conjunto, pueden resultar trascendentales a la hora de dar con nuevos tratamientos y medicamentos más eficaces, que resulten menos tóxicos e invasivos.
En la actualidad se puede hablar claramente del cáncer, en tanto que este es cada vez más conocido, lo cual resulta el primer paso imprescindible en el camino hacia la curación. No obstante aún queda mucho por hacer, ya que se trata de un reto intelectual especialmente complejo que continúa creciendo con cada nuevo tipo de tumor que se descubre, o cada fármaco que se prueba.
Un oncólogo es un profesional que tiene siempre ante sí un desafío
Pudiera parecer que cuanto más se aprenda acerca del cáncer, más cerca se está de conocerlo en su totalidad. No obstante, la realidad es que se abren paso más vías de conocimiento y campos de investigación, que mantendrán ocupados a los oncólogos largo tiempo.
Es fundamental que un nuevo residente de oncología entienda desde el primero año lo importante que resulta alternar la asistencia clínica con la investigación. De ellos se esperan conocimientos en farmacología, biología molecular, diagnóstico y estudios clínicos con pacientes.
Todo esto trabajando mano a mano con oncólogos médicos, cirujanos, radioterapeutas, anatomopatólogos, farmacéuticos, y demás profesionales que son clave para el diagnóstico de la enfermedad o su tratamiento.
Una residencia que no resulta para nada sencilla
No se trata de una residencia fácil. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que la residencia de oncología precisa rigor, talento y esfuerzo, ya que depende de estos profesionales que el cáncer deje de ser tan perjudicial, y se convierta en una enfermedad susceptible de ser curada o, en todo caso, cronificada.