Berlín, 19 feb (dpa) – El largometraje colombiano de animación «Virus tropical» acerca el mundo de la conocida ilustradora «Powerpaola» al público del Festival Internacional de Cine de Berlín.
En una casa en Quito, en 1977, una pareja colombiana concibe inconscientemente en un día lluvioso a Paola Gaviria, conocida en el mundo de la novela gráfica como «Powerpaola». Éste es el inicio de «Virus tropical», la novela sobre la que el colombiano Santiago Caicedo basa su película en blanco y negro que hoy se estrenó en la sección Generation.
Gaviria escribió y dibujó su novela para contar la realidad de su familia, una familia de clase media colombiana viviendo en la década de los 80 en Quito y en los 90 en Cali, en Colombia, y reflejar así su infancia y adolescencia.
A lo largo de 96 minutos se va presentando poco a poco a un padre, que estuvo en un seminario para convertirse en cura católico, pero que dejó de lado la religión para formar una familia; a una madre, que entre su papel de ama de casa también gana un dinero extra como vidente leyendo el dominó a la clase alta de la ciudad; a Claudia, la hermana mayor y rebelde; a Patty, la hermana mediana, que se convierte en la confidente de Paola y en su segunda madre en Cali; y a Paola, la pequeña, que busca su propia manera de ver la vida.
Con un trazo sencillo, Gaviria explora su universo familiar dominado por mujeres. «Mi trabajo siempre fue muy autobiográfico. Estudié artes plásticas y pintura, pero siempre tenía que ver con lo autobiográfico y cuando empecé a leer cómics quise hacerlo como ellos», explica a dpa con motivo del estreno del film en la sección Generation de la Berlinale.
«Me parecía que la gente lo podía entender mucho más que una pintura. Era una cosa mucho más directa y yo al mismo tiempo tenía una necesidad profunda de contar esta historia», apunta sobre su novela que comenzó como parte del blog «Historietas reales», cuya consigna era hacer autobiografía y subir una página semanal al blog.
Su amistad con Caicedo la empujó a dar el salto al cine. «Fue muy emocionante. Primero ver a los personajes moverse, con vida propia. También el hecho de que ya no estuvieran hechos solo por mis manos, sino por un montón de gente. Como si les hubiera dicho ‘listo, ya, sigan adelante, vivan’. Eso me gustó. Me pude alejar un poco de ellos», declara la ilustradora que reside actualmente en Buenos Aires.
El título se remite a lo que los médicos le dijeron a su madre cuando se quedó embarazada. «Mi madre se había operado para no tener hijos y entonces le empezó a crecer la panza, se fue al doctor y el doctor le decía que era un virus tropical. Le decían: ‘Es imposible, porque le ligamos las trompas, usted no está embarazada. Es un virus tropical, un embarazo psicológico’. Hasta que llegó un médico de fuera y le dijo que estaba embarazada», recuerda sobre algo que supone el inicio de la novela y de la película.
Para Caicedo era una historia conocida. «El cómic lo conozco desde siempre. Fuimos testigos de todo el proceso. La vimos construirse página por página a través de un blog de Internet», explica a dpa sobre su motivación para decidirse a adaptar «Virus tropical» después de rodar un corto juntos, «Uyuyui!».
El cineasta colombiano reconoce que fue realmente fácil hacer la película ya que con la novela gráfica ya tenían avanzado más de la mitad del camino. «Teníamos unos personajes muy fuertes, un estilo gráfico de arte muy concreto, avanzado e interesante».
«La parte más difícil fue transformar la novela de 12 capítulos en las diferentes etapas de la vida de Paola y tener el personaje de Paola en cuatro momentos», indica sobre una película en la que trabajaron cinco años. Además, también fue un reto la financiación debido a que se trata de imágenes en blanco y negro «un poco punk», recuerdo Caicedo.
La historia, centrada en un mundo de mujeres, llega en un momento en el que cada vez un mayor número de películas deciden dar voz a este grupo de la sociedad.
«Ha habido un cambio totalmente. Creo que es una voz que nunca estuvo muy escuchada. Fue educada por hombres de alguna manera y ahora se puede escuchar esa voz sin pedir permiso a los hombres para ser escuchadas. Yo creo que todos necesitamos escucharlas, hombres, mujeres, porque había estado completamente silenciada», comenta. «Ya nadie puede parar esta evolución», agrega «Powerpaola», que cuando comenzó en el mundo del cómic apenas había mujeres dedicadas a la novela gráfica, algo que ha cambiado actualmente.
Por Almudena de Cabo (dpa)