(dpa) – Para que no te odie todo el barrio, deberías hablar amablemente con los vecinos antes de comenzar a convivir con un papagayo, al menos eso es lo que recomiendan algunas publicaciones especializadas. Y es que en algunos países el asunto puede derivar en un bonito juicio y en cuantiosas multas para el dueño de la mascota.
Nunca está de más comprar un sistema de ventilación y amortiguación de sonidos, es decir, un aparato que renueve el aire del ambiente y al mismo tiempo evite que los gritos o cantos del ave truenen en el exterior.
Por lo general en los apartamentos o las casas las condiciones climáticas pueden ser muy diferentes de las que tienen los papagayos en su hábitat natural. Si vives en una zona muy fría o en la que el clima es diametralmente opuesto al sitio de donde viene el papagayo, tal vez te resulte mejor pensar en un ave o mascota más habituada a tu entorno natural. Las aves locales se acostumbrarán mucho mejor a sus amos y a las condiciones climáticas.
Pero si estás encandilado con los papagayos y quieres uno a toda costa, debes saber que son aves de manada y muy sociales. Harías bien en tener más de uno. A la hora de pensarlo, seguramente evaluarás el tema costos y espacio, y no dejes de pensar cómo resolverías la situación en las vacaciones. ¿Quién lo cuidará?
Otro punto: a los papagayos les encanta volar libremente. Es decir, si vas a tener uno, no deberías ser mañoso con el estado de tu casa. En todo caso, también le puedes dejar ramitas frescas en la jaula o conseguirle una jaula bien amplia. Eso evitará que picotee los muebles.
Y como último comentario, vale apuntar que antes de que el loro se mude a su nuevo hogar sus futuros amos deben tener en claro que tal vez no desarrolle ninguna destreza idiomática.
Foto: Andrea Warnecke/dpa-tmn