Cuando existen hijos de por medio, lo mejor es tener un convenio regulador que altere sus rutinas diarias lo menos posible.
Cuando una pareja decide divorciarse, y en España, la media de los matrimonios es de 16,5 años, lo mejor es siempre acordar las mejores condiciones en la toma de esa decisión tan definitiva. Por supuesto, los sentimientos y las incertidumbres, a veces, así como también el desconocimiento y los miedos, hacen que se alargue en el tiempo dicha decisión. No obstante, existen muchas fórmulas previas, como la separación o las terapias de pareja, que pueden ayudar a reconducir la situación, pero si, llegado el caso, la decisión es firme, lo mejor es hacerlo en consenso.
Obviamente, el paso más difícil ya está tomado, entonces ¿para qué complicarlo más? Las grandes ventajas que ofrece un divorcio express barato tienen que ver precisamente con eso, con el ahorro de costes innecesarios y alargar en el tiempo un litigio que puede ser resuelto con celeridad. Por supuesto, aquí, el mejor aliado será la predisposición. Pero de lograr ese equilibrio, ambos cónyuges podrán contar con la asesoría del mismo letrado, lo que será más rentable para los dos.
En el mutuo acuerdo se establece un reparto justo de gananciales, así como las posibles compensaciones económicas, el uso de la vivienda familiar y del resto de bienes muebles.
Además, cuando hay hijos menores o a cargo de por medio, esta fórmula es la menos agresiva, la más pacificadora y la que, por tanto, genera menos impacto emocional. Aunque, es obvio que no es fácil la gestión de casi ningún divorcio de parejas que tengan hijos, por eso, hay que orientar la ruptura de los cónyuges como un cese de convivencia y de unión legal, pero no de la ruptura familiar, que debería seguir intacta. Las manutenciones, las compensaciones a la pareja que pierda poder adquisitivo y el uso de la vivienda, vendrán muy determinados en estos casos.
Por supuesto, si la pareja no llega a entendimientos a través de la conciliación, habrá que acabar en un divorcio dictaminado por sentencia judicial, y ahí, precisamente, es donde ambas partes pueden que vean mermados sus derechos. Por eso, se considera que la mediación de un abogado en un divorcio de mutuo acuerdo, puede dejar a los cónyuges en una posición activa respecto a la toma de decisiones, lo que se pierde ante el poder judicial.
¿Qué pasa con la vivienda familiar?
El uso y disfrute de la vivienda familiar viene determinado por varios factores. El primero de ellos, es si hay hijos menores o a cargo en el matrimonio o la pareja, porque en el caso de ser así, la propiedad de la vivienda pasa a un segundo plano, valiéndose, precisamente, el uso familiar.
Por eso, se puede dar el caso de que la casa es mia y no quiere irse, el o la cónyuge, y eso sitúa al dueño legal en una incertidumbre. Aquí, por lógica, se mirarán muchos factores, el primero de ellos será la situación personal, económica y de cuidado de los hijos, para determinar quién, prioritariamente, debe tener el uso de la vivienda.
Se puede dar el caso de que la vivienda sea de uno de los cónyuges, pero que se haya establecido ahí, el hogar con los hijos. Por tanto, ese uso, hasta que los hijos sean independientes, por regla general, recaerá en el cónyuge que ostente la custodia. Si esta es compartida, se puede dar el caso de tener que compartir, por temporadas, el uso de esa vivienda.
Desde luego, la casuística es muy heterogénea, y dependerá de cada caso, que habrá de estudiarse con detenimiento. Lo que está claro es que, llegados a ese punto, solo quedará el diálogo y la buena voluntad, para zanjar definitivamente algo que afecta a ambas partes. Por eso, la asesoría legal e integral de un buen abogado de familia, será una gran garantía total al respecto.