Helsinki/Berlín, 17 jul (dpa) – La Unión Europea (UE) es un enemigo, Alemania una prisionera de Rusia, la OTAN ya no se da por sentada y la primera ministra británica no negocia bien con Bruselas. Este balance de la gira europea de Donald Trump parece «fake news», noticias falsas, pero no lo es.
El presidente estadounidense estuvo siete días en Europa y pasó por Bruselas, Londres, Helsinki y brevemente por su club de golf en Escocia. El resumen de su visita es una disputa sin precedentes en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), continuas críticas a Berlín por su política energética y de Defensa, un ataque personal a la premier británica Theresa May y el desprecio a la UE.
En esta semana de sobresaltos Trump sólo fue amable de verdad con una persona: el presidente ruso, Vladimir Putin, que en realidad está en el otro lado en todos los conflictos y disputas internacionales. ¿Es el mundo al revés? Al menos queda la impresión de que en política internacional ya no hay certezas con este presidente estadounidense.
Trump dijo adiós a Europa el lunes por la tarde en el aeropuerto de Helsinki (Finlandia). ¿Qué queda de ese viaje y cómo seguirán las cosas?
LAS RELACIONES TRANSATLÁNTICAS SE HUNDEN AÚN MÁS: Ya nada es como era. La UE ya sabe desde hace tiempo que no puede fiarse de un Estados Unidos liderado por Trump. Los últimos días no han hecho sino aumentar esa sensación. Primero Trump se inmiscuyó sin miramientos en las negociaciones de la salida del Reino Unido de la UE («Brexit»), criticando con dureza la actuación de Theresa May. Para rematar, el presidente estadounidense dijo que la UE era un adversario en cuestiones comerciales, o incluso un enemigo, según la traducción.
Esto último no puede significar nada bueno para la disputa arancelaria iniciada por Washington hace meses con nuevos impuestos a las importaciones de acero y aluminio. Si Trump hace realidad su amenaza de nuevos aranceles a las importaciones de vehículos europeos, el conflicto comercial podría convertirse en una verdadera guerra. Para evitarlo, el presidente de la Comisión Euopea, Jean-Claude Juncker, tiene previsto reunirse personalmente con Trump en las próximas semanas en Washington. Pero los recientes comentarios del líder estadounidense no hacen presagiar una solución.
NI SIQUIERA LA OTAN ESTÁ A SALVO DE TRUMP: En el cuartel general de la Alianza Atlántica muchos intuían que la cumbre con Trump sería difícil. Pero incluso sus peores temores se vieron superados. A puerta cerrada, el presidente estadounidense llegó a amenazar con actuar de forma unilateral si sus aliados no aumentaban inmediatamente su gasto en defensa al 2 por ciento de su producto interior bruto (PIB).
Tuvo que celebrarse una reunión de emergencia para evitar que la situación siguiese escalando. Pero no pudieron repararse todos los daños. La cumbre no dejó un mensaje de unidad, sino de disputas sin resolver y profundas divisiones entre aliados. La promesa de Trump al final de la cumbre de guardar fidelidad a la OTAN es un triste consuelo. En 2019 la OTAN cumple 70 años y es el corazón de las relaciones transatlánticas, el último bastión de un bloque occidental que se desmorona. Ni siquiera ese núcleo parece estar ahora a salvo de Trump.
ALEMANIA EMPIEZA A DESPERTAR ANTE LAS CRÍTICAS DE TRUMP: Trump ya había identificado a Alemania como uno de sus adversarios favoritos antes de su viaje por Europa, criticando su insuficiente gasto en defensa, su superávit comercial y la política migratoria de la canciller Angela Merkel. Pero durante la cumbre de Bruselas el presidente subió el tono y llegó a decir que Alemania estaba controlada por Rusia por su política energética. Fue demasiado incluso para Merkel, que hasta ahora había ignorado con estoicismo los ataques de Trump. La canciller rechazó esas declaraciones recordando su experiencia personal con la República Democrática Alemana (RDA), controlada por la Unión Soviética.
Berlín parece haberse dado cuenta de que no puede seguir aguantando todos los ataques de Trump. Desde la cumbre de la OTAN el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, no deja que pase un día sin criticar a Trump. «Quien trata a sus socios internacionales como figurantes de un ‘reality show’ no sólo pierde la confianza sino que acaba dañándose a sí mismo», dijo por ejemplo. El Ministerio de Exteriores germano está trabajando en una nueva estrategia respecto a Estados Unidos que no se basará sólo en la cordialidad.
RUSIA , LA GRAN GANADORA: Para Moscú el viaje de Trump por Europa fue relativamente bien, tan bien que en los programas de debate político se habla de Trump como «nuestro hombre». La OTAN es un adversario para Rusia por lo que posiblemente no habrán gustado las presiones de Trump para que se aumente el gasto en Defensa. Sin embargo, desde Moscú habrán seguido con interés las disputas surgidas en el seno de la Alianza Atlántica.
Trump criticó con dureza a Merkel por el gasoducto Nord Stream 2, que llevará gas ruso a Alemania y otros países de Europa. Pero no arremetió por ello contra Rusia, principal inversor del proyecto. El Kremlin también pudo apuntarse un tanto con la rueda de prensa conjunta entre Trump y Putin. Al presidente ruso no se le exigieron grandes concesiones y Trump habló de un «primer paso hacia un futuro brillante» de las relaciones ruso-estadounidenses.
FUERTES CRÍTICAS A TRUMP EN ESTADOS UNIDOS: Antes de que Trump volviese a pisar suelo americano en Washington ya se había una verdadera tormenta política. Destacados políticos republicanos se distanciaron de las declaraciones de Trump, que dio más credibilidad a Putin que a sus servicios secretos respecto a la posible injerencia rusa en las elecciones que le llevaron a la Casa Blanca. Esas críticas desde sus propias filas no son algo habitual y menos a pocos meses de las eleccines legislativas de medio término. Es una señal que en esta ocasión Trump fue demasiado lejos, ya que normalmente entre los conservadores reina la unidad.
Los demócratas también echan espuma por la boca y en los servicios servicios secretos tampoco cayeron bien las declaraciones de Trump. El director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, se vio obligado a aclarar que los servicios secretos siguen pensando que Rusia interfirió en la campaña electoral. El ex director de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) John Brennan habló incluso de traición. Hubo críticas incluso en el canal Fox News, afín a Trump. El presidente vuelve a casa como perdedor de su propia gira.
Por los corresponsales de dpa