Un proceso legal bastante relevante cuando las circunstancias no permiten realizar cualquier trámite legal a una persona. El poder notarial es un concepto que puede resultar familiar a muchos, pero que desconocen por completo. Hay quienes pueden saber que consiste en dar permiso y autoridad a otra persona a la hora de representarte en la firma de documentación o cualquier otro trámite vinculado a la ley; pero es mucho más que eso.
¿Y qué es exactamente? ¿Cómo se lleva a cabo? ¿Qué requisitos tiene? Esas son las cuestiones verdaderamente importantes a la hora de hablar de este procedimiento. Es algo más relevante de lo que aparenta, por eso mismo vamos a profundizar en él, en qué es exactamente, en sus requisitos y en todo lo necesario para poder aplicarlo.
El poder notarial, todo lo que debes saber
Vamos a empezar desglosando qué es para entender mejor el porqué de su relevancia. El poder notarial es una autorización que se concede a una o a más de una persona, que asume el papel de apoderado, para que pueda actuar en nombre de aquella que da el poder, el poderdante, a la hora de realizar determinadas acciones. Recibe ese nombre porque esa autorización debe ser documentada por escrito y firmada por un notario para poder tener validez legal.
Este documento registra quién concede el poder, quién o quiénes lo reciben y para qué se ha establecido. Da la autoridad, pero al mismo tiempo limita su radio de acción para uno o varios actos en concreto. Puede usarse, por ejemplo, para representar a alguien o a una entidad en un juicio; de hecho, de querer asumir ese rol y no presentar el documento, el supuesto apoderado tiene incluso que sufragar las costas del juicio, como hemos podido ver en España en alguna ocasión.
Cómo se hace y qué documentos se necesitan
Para poder hacer un poder notarial, es evidente que se debe acudir a una notaría, ya que la figura del notario es fundamental en todo el procedimiento. La escritura de este poder debe contener los datos de la persona que lo confiere, con información como nombre, apellidos, domicilio, estado civil y documento de identidad. Asimismo, el poder debe ir acompañado de la documentación original para comprobar la veracidad de la información otorgada.
Asimismo, deben figurar también las personas que asumirán el papel de apoderados, indicando la misma información que para la otra parte. Si el poder se va a dar a varias personas, se deben establecer las autorizaciones que se confieren a cada una aclarando además si tendrán un poder mancomunado, esto es, exigiendo el pleno acuerdo de todas ellas a la hora de decidir; o si es un poder solidario, si cada una tiene poder para actuar individualmente.
Lo último que se debe establecer en el poder notarial es el acto o los actos concretos para los que se van a dar estas autorizaciones. Deben enumerarse y detallarse de forma completamente específica para que no haya margen alguno de duda. En caso contrario, el notario puede rechazar la supervisión y la firma del documento en cuestión. Aunque, por lo general, es quien se encarga de asesorar en toda la elaboración de este papel.
En cuanto a la documentación necesaria en todo esto. Es fundamental acompañar con el DNI, pasaporte o tarjeta de residencia de la persona que otorga el poder, o las escrituras de nombramiento en caso de tratarse de una sociedad. También debe figurar el documento de identidad de la persona que va a recibir el poder notarial. En caso de que el poderdante quiera dar autorización incluso estando incapacitado, entonces también se debe dar una partida de nacimiento con los datos de la inscripción de nacimiento en el registro civil. Si se trata de un poder para pleitos, se deben dar los datos de los abogados que ejercerán de apoderados.
¿Es un trámite gratuito?
Desafortunadamente, el poder notarial es una escritura que no resulta gratuita, aunque es algo habitual, ya que ninguna lo es. Su precio varía en función de su contenido, algo que viene determinado tanto por la extensión del poder como por el número de folios que pueda ocupar. De esta forma, la horquilla de precios puede ir desde los 120 a los 150 euros en el caso de un poder notarial general, hasta entre los 40 y los 50 euros en caso de ser un poder especial o uno para pleitos.
La mejor forma de conocer el precio que pueda tener un poder notarial es consultando directamente con los profesionales de una notaría. Solo ellos pueden darte la cifra exacta del coste de esta escritura, aunque siempre habrá un pequeño margen a tener en cuenta, dado que es algo que también depende de la extensión, como ya hemos indicado. Afortunadamente, suelen ser bastante claros y transparentes al respecto.