Solo en el primer semestre de este año el ecommerce ha aumentado en nuestro país cerca del 60%, lo que ha supuesto toda una revolución en la forma de entender las tendencias de compras de los españoles.
Al confinamiento, que ha disparado este canal de ventas, se suma la capacidad del usuario por adaptarse a la amplia oferta online que permite, desde cualquier dispositivo hacer compras y recibirlas en la puerta de casa o bien ir a recogerlo sin perder más tiempo que el simple mostrar la hoja de pedido.
Y, pasado ese momento de pedido, es cuando entra en acción la parte más logística de todo el proceso y donde la experiencia de usuario, si ha sido una compra acertada, se incrementará hasta el punto de la recomendación.
Para empezar, hay que tener claro que el cliente va a querer información casi en directo de su pedido, de ahí que sea importante contar con una logística organizada que le permita dar seguimiento desde el momento de la compra hasta la recepción, pasando por los momentos en los que el paquete esté en tránsito.
Pero lo importante, en realidad, es hacer que la presentación que le llegue al usuario sea la adecuada.
Actualmente hay materiales de embalaje que responden a todo tipo de producto. Cuando son pequeños, es habitual ver cómo llegan en un sobre acolchado, para pasar a cajas de envío para productos con más volumen que se acoplan al tamaño del paquete o bien incluso a las cajas de mudanza cuando lo que se mueve es mucho más voluminoso o requiere de un manejo distinto.
“Las empresas ya se han dado cuenta de que el embalaje es clave para que el cliente tenga una opinión positiva a la recepción de sus productos. Cuando se recibe un paquete descuidado, la forma en la que el usuario se acerca al producto no es positiva y cualquier incidencia pasará a ser problema. Actualmente, por suerte, se apuesta por adaptar los envíos con embalajes que de verdad cumplen la función de transporte, pero sobre todo de imagen” explican desde el sector logístico.
Y es que son muchas las cajas de cartón que hoy en día mueve la mensajería a diario, lo que hace que se deba cuidar el interior tanto o más que el exterior, evitando que los productos vayan sueltos gracias a sistemas de relleno que van desde cartón ondulado, pasando por chips de relleno o incluso plástico de burbuja o cojines de aire.
“Algo tan sencillo como ver que el producto llega protegido tranquiliza al receptor. Pero más allá de eso, la imagen exterior está cada vez más cuidada, con cintas de embalaje y cajas personalizadas, etiquetas cuidadas con la dirección e incluso, ya en el interior, con sorpresas en forma de carta de agradecimiento o regalo” comentan desde una de las principales empresas de transporte.
Este es el futuro del comercio y el salvavidas del pequeño establecimiento ya que por internet no existen barrios y se llega a un público mucho mayor. Tan solo cuidando todo, el éxito será seguro.