Quizá los últimos años estén sirviendo para poner en relieve que la salud mental es uno de los pilares en los que habrá que seguir trabajando durante los próximos años.
Mientras que, históricamente, ha sido tabú hablar de ello, gracias a personalidades con voz social se ha ido normalizando hablar de crisis emocionales, depresiones o incluso de la necesidad de empezar a poner el foco en la salud mental y modificar conductas y hábitos que hoy se han normalizado en el campo laboral, social o incluso personal.
“Para generaciones anteriores era impensable sentir la necesidad de aceptación social a la escala a la que vivimos hoy. Las redes sociales tienen gran parte de responsabilidad ya que muchos las han usado como escaparate para mostrar cómo debería ser una vida perfecta, con los enfoques perfectos, siempre bellos y sin nada que afee. Sin embargo, eso no es la vida. Y ese es el mensaje que debería calar. Las expectativas que las imágenes de redes graban en las retinas hacen que, quien no perciba así su vida, con el éxito, los lujos, las sonrisas y mil y un planes, se sienta frustrado” comentan desde Iniciativas Virtuales.
Nuestro país está entre los cinco primeros de la UE en diagnósticos de depresión. Según los datos de la OMS, en 2018 hubo más de dos millones de casos diagnosticados, lo que situó a España por detrás de Alemania, Francia e Italia, pero en cuarto lugar de los 28 que componen la Unión.
Según uno de los últimos artículos publicados en European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, firmado por Fernando Cardila, África Martos, Ana B. Barragán, Mª del Carmen Pérez-Fuentes, Mª del Mar Molero y José J. Gázquez, de la Universidad de Almería, esta dolencia cuesta, a nivel europeo una cifra estimada en 118 billones de euros y, en el caso concreto de España, un gasto anual de 5005 millones.
Mucho tiene que ver con el nivel de ansiedad provocado por la situación laboral y económica, pero otros muchos componentes se van sumando a la patología como causantes: relaciones sociales, afectivas, familiares o incluso expectativas. Tanto es así que más del 40% de los diagnosticados, lo son con un trastorno que se convierte en crónico y necesita de revisiones.
“El uso excesivo de las tecnologías como referente o modelo, el acceso sencillo a imágenes de violencia, la discriminación, el acoso escolar o las adicciones hacen que, cuando los expertos hablan de que más del 30% de los jóvenes sufren cualquier tipo de trastorno mental, no sorprenda cuando, en realidad, debería dar terror. Hasta hace poco, además, el estigma de buscar ayuda para conseguir canalizar la ira, frustración o depresión eran motivo de esconderlos” explica Germán Piñeiro, CEO de Iniciativas Virtuales.
En el último estudio que promovió el pasado mes la agencia de marketing, preguntada una muestra de 1800 personas, tan solo 200 decían conocer a alguien que hubiese necesitado terapia en su entorno. Algo que dista mucho de la realidad de este campo de la salud.
De la muestra, el 67.8% reconocía haber vivido algún periodo de angustia en el último año, pero solo el 8.7% declaraba haber visitado a un especialista para diagnosticar lo que le sucedía.
En el estudio realizado por Iniciativas Virtuales, las patologías más conocidas en el campo de la salud mental y que han sufrido en su entorno son: depresión (42%), ansiedad (30.2%), esquizofrenia (15.6%), Alzheimer (7.9%) y Trastorno Bipolar (4.3%).
Según los resultados, un 57% de las personas consultadas considera necesario que se hable con mayor naturalidad de la salud mental, frente al 32% que cree que habría que formar a la sociedad más en este campo para ayudar a detectar dolencias y un 11% que cree que se debería dejar este tema solo para la familia y entorno más cercano.
El estudio Salud mental en el entorno cercano, la edad en la que estos trastornos comienzan a aparecer se situaba mayoritariamente entre los 20 -30 años (79.4%) frente a un 8.2% que reconocían haberlos conocido en su entorno o padecido entre los 10-20 años, un 8.4% a los 30-40 años y un 4% que lo ha padecido directamente o en su entorno pasados los 40 años.
“La aparición de las dolencias o patologías mentales, a tenor de los resultados, tiene mayor incidencia en el comienzo de la vida adulta, cuando comienza principalmente la vida laboral. Quizá esté relacionado, precisamente, con el ambiente laboral que se ha instaurado en los últimos años, lleno de movimiento, pero también de incertidumbre” explica Germán Piñeiro.