Pasear por las calles de cualquier localidad y mirar hacia las ventanas o puertas de los domicilios particulares ofrece una estampa curiosa: las pegatinas o carteles que anuncian la alarma que protege la vivienda.
La oleada de asaltos en las casas durante los últimos años ha hecho que sean cada vez más las familias que apuestan por poner seguridad particular en las entradas de sus hogares, algo que les permiten tener la certeza de que, en caso de que alguien acceda a su propiedad, la alarma avisará a la central del dispositivo contratado dando la voz de alarma y poniendo en marcha un protocolo.
Ya no solo se trata de proteger frente a los robos, algo que se daba sobre todo durante la época de vacaciones, sino que las familias valoran también su tranquilidad cuando están dentro del hogar. Por ello, los sistemas de seguridad en el hogar empiezan a ser signo de protección.
La oferta del mercado, que ha mejorado considerablemente en los últimos años, consigue cubrir prácticamente todas las variables deseadas. Aunque muchos tratan de ahorrar unos euros con sencillos dispositivos que solo cubren la puerta de acceso, otros apuestan por cubrir el perímetro e interior de las estancias. Los motivos están relacionados con el modus operandi de los intrusos. Éstos suelen estudiar las características de la seguridad. Lo que les importa es saber hasta qué punto es complicado entrar o salir. Un sistema barato y mínimo no disuade a los intrusos. Más bien, les empuja a elegir otras vías de entrada.
Sea como fuera, las cifras hablan por sí solas. En el primer trimestre de este año, los hurtos superaban ya los 6900 casos, unos números nada desdeñables si tenemos en cuenta que la vivienda ha vuelto a marcar un incremento en ventas, habitándose gran parte del stock del que disponían los bancos y que pueden ser también ahora objetivo de los amigos de lo ajeno.
La ventaja de decidirse a poner un dispositivo de seguridad en forma de alarma hoy en día pasa precisamente por los avances tecnológicos. El poder ver la vivienda en tiempo real en los dispositivos móviles, el poder, en caso de tener mayores dependientes, echar un vistazo a cómo se encuentran, la posibilidad de gestionar las viviendas inteligentes a través de la domótica, encendiendo y apagando luces durante las vacaciones… todo ayuda a asegurar mejor las propiedades privadas.
La posibilidad de, además, pagar mensualmente en vez de en un pago único este tipo de coberturas ha hecho que no solo particulares sino comunidades de vecinos apuesten por su instalación, protegiendo el interior y los enseres propios.