LOS ÁNGELES (dpa) – Tras su etapa como gobernador de California, Arnold Schwarzenegger se reincorporó a la gran pantalla en 2013 con «The Last Stand» y «Escape Plan», cintas con resultados bastante mediocres en la taquilla nacional. Ahora, con «Sabotage», el actor de origen austriaco quiere demostrar que todavía tiene tirón en cuanto a acción se refiere.
Schwarzenegger protagoniza este thriller -que se estrena el 11 de abril- junto a la estrella de «Avatar» Sam Worthington. Está dirigido por David Ayer, escrito por Skip Woods y fue rodado principalmente en Atlanta, Georgia. La historia está inspirada en la novela de misterio de Agatha Christie «And Then There Were None» (1939).
En el film, el ex «Terminator» se mete en la piel de John «Breacher» Wharton, el comandante de un escuadrón de elite de la DEA, en otra confabulación de drogas y agentes corruptos típica de Ayer: en sus últimos trabajos, de «Training Day» (2001) o «The Fast and the Furious» (2001) a «Dark Blue» (2002), y de alguna forma en «End of Watch», el cineasta explora el tema de los agentes corruptos a fondo.
El toque femenino lo ponen Olivia Williams («X-Men: The Last Stand»), que encarna a la detective Caroline Brentwood, y Mireille Enos en el papel de Liz Murray, otra agente del escuadrón perseguido por la mafia más peligrosa y sanguinaria del planeta después de que éstos destruyeran uno de los refugios de los narcotraficantes, y de que 10 millones de dólares en dinero de drogas quedaran extraviados. Todo esto provoca conflicto y dudas entre los miembros del equipo de agentes que pagan las consecuencias de sus actos poco íntegros.
Se espera mucha sangre, balas y violencia en esta última entrega de Ayer, que además cuenta con la participación de Joe Manganiello, de la serie de televisión «True Blood», y Josh Holloway, de la exitosa serie de ciencia ficción «Lost».
Durante un pase privado de la cinta en Los Angeles, los protagonistas de «Sabotage» destacaron la hospitalidad de los sureños de Atlanta mientras rodaban escenas de acción y destrucción en sus calles. El director presentó su trabajo como un «placer que le produce culpa» y Schwarzenegger confesó que ha visto la cinta ocho veces y que «cada vez que la ve es mejor».
El actor parece estar dejando atrás una mala racha de escándalos después de su tormentosa ruptura con Maria Shriver, con quien estuvo 25 años casado y tuvo cuatro hijos. La pareja se separó después de que en 2011 se descubriera que la estrella de Hollywood había tenido un hijo con la empleada del servicio.
De aquello tuvo que hablar justo antes de su vuelta al cine con «The Last Stand», una película de acción clásica que contaba con el español Eduardo Noriega en el papel de malo. El exgobernador puso toda la carne en el asador al proyecto, hablando incluso de asuntos personales con periodistas durante la promoción. Sin embargo, el resultado no pudo ser más desalentador, con unos ridículos 12 millones de dólares en Estados Unidos y 48 millones a nivel mundial, una ruina financiera para un largometraje que costó 45 millones de dólares en producción.
Los especialistas no esperan que con este título Schwarzenegger vaya a levantar su imagen ni a conseguir grandes resultados de público y crítica. Él mismo ha descrito esta segunda etapa en el cine como un acto de diversión y nostalgia, pues adora los rodajes y en especial, las películas de acción. Pero el dinero es un factor fundamental estos días en Hollywood y si los números no levantan, puede que sus días como actor estén contados.
Por Liliana Martínez-Scarpellini