LOS ANGELES (dpa) – Recordar a los clásicos es siempre una buena costumbre, y más si la intención es hacer, de paso, buen cine. Algo que, de la mano de John Lee Hancock, parecen haber conseguido Tom Hanks y Emma Thompson como primeros espadas de «Saving Mr. Banks», que se estrena el 20 de diciembre en Estados Unidos de costa a costa.
Es, además, una de esas fantásticas casualidades, pues la película llegará a los cines coincidiendo con el 50 aniversario de «Mary Poppins», el largometraje en el que está basada la historia y uno de los mayores éxitos para los estudios de Walt Disney.
Aunque su intención es rememorar cómo se hizo una película clásica como la protagonizada por Dick Van Dyke y Julie Andrews, «Saving Mr. Banks» también ha tenido su historia. Para empezar – y como muchas otras hoy en día en Hollywood- estuvo a punto de no hacerse. El guión de Kelly Marcel y Sue Smith formaba parte de la llamada «lista negra» de los considerados mejores guiones por Franklin Leonard que no llegan a convertirse en película.
Gracias a esa clasificación, muchos títulos importantes se han salvado del olvido absoluto y «Saving Mr. Banks» fue uno de ellos. Después de estudiarlo con detenimiento, Sean Bailey, presidente de producción de los estudios Walt Disney, decidió que sólo su sello debía emprender semejante proyecto, puesto que se trataba de la primera vez que un largometraje iba a dar vida a Walt Disney a través de un actor.
Para ello se decantaron por un hombre del talento y la experiencia de Tom Hanks. El actor destacó de Disney «que cambió el mundo tanto como Picasso o Chaplin» y estudió al personaje entre otros visitando el museo familiar que existe sobre su figura en San Francisco. También habló con su hija Diane Disney Miller, fundadora del museo y que falleció recientemente a consecuencia de una caída.
No fue tan fácil el proceso con Meryl Streep, elegida inicialmente para el papel de P.L. Travers, la mujer que escribió la serie de novelas originales sobre «Mary Poppins». Al final, el personaje se lo quedó Emma Thompson, que lo considera el más difícil de toda su carrera por la complejidad y contradicciones que encontró al estudiar a fondo a la escritora australiana.
De las antípodas, precisamente, viene la historia de Mary Poppins, una mujer que existió en la vida real y contribuyó de forma decisiva a moldear el carácter del padre de Travers. Thompson tuvo la oportunidad de escuchar parte de las grabaciones de la escritora durante el rodaje de la película en 1963 para poderse ambientar mejor.
Al parecer, no hubo excesivas intromisiones por parte de los estudios a la hora de dar forma al personaje de Walt Disney, el ídolo de la marca y el magnate que levantó el imperio con su brillantez y su tesón, aunque sí se solicitó que no salieran cigarrillos por aquello de mantener la regla que el propio Disney impuso para sus películas con la idea de no influenciar negativamente a los niños.
También se hicieron algunas modificaciones al parque Disneyland de Anaheim, en California, con el propósito de que no salieran las nuevas atracciones. Parte de los empleados del lugar participaron como extras para la cinta.
Así, «Saving Mr. Banks» es también un excelente aparato publicitario para devolver actualidad al clásico dirigido por Robert Stevenson. Como dijo Dick Van Dyke en su momento, «es una historia que marcó a varias generaciones, no solo por su fantasía, sino por su composición musical, a cargo de los hermanos Sherman».
Ellos también figuran en la película, interpretados por Jason Schwartzman y B. J. Novak, que se suman a un reparto de lujo con Paul Giamatti y Colin Farrell, entre otros. No se descarta, además, que tanto como Hanks como Thompson entren en la carrera por los Oscar, una cuestión que empujará a unos cuantos espectadores a ir a verla al cine.
Por Liliana Martínez-Scarpellini