Brasilia, 22 sep (dpa) – La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pronunciará este martes en Nueva York el discurso de apertura de la Asamblea General de la ONU en medio de la fuerte crisis que vive el país sudamericano con Estados Unidos, provocada por las revelaciones de espionaje practicado por el gobierno norteamericano en Brasil, donde la propia mandataria fue víctima directa de estas prácticas.
Según medios de prensa brasileños, el repudio al espionaje norteamericano, denunciado en base a documentos secretos filtrados por el ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos Edward Snowden, será uno de los ejes del discurso de la mandataria, cuyo país abre tradicionalmente los debates anuales de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Después de buscar apoyo para condenar la práctica y promover acciones de prevención contra la misma en el seno del Mercosur, Rousseff buscará el apoyo de algunos países europeos, también molestos con la interceptación de comunicaciones telefónicas y electrónicas, para presentar una queja formal y comenzar a esbozar algún tipo de reglamentación específica contra la misma.
La Asamblea será la primera oportunidad en que Rousseff se encuentre cara a cara con su par estadounidense Barack Obama, a quien desairó la semana pasada al suspender por tiempo indeterminado la visita de Estado que tenía previsto realizar el próximo 23 de octubre a Wasington, cuando iba a ser recibida con los mayores honores previstos por la diplomacia norteamericana.
Obama será el segundo orador en la cita, después de Rousseff, y generalmente se lleva a cabo una conversación informal entre el presidente brasileño de turno y el mandatario que lo sigue.
Tras las denuncias de que millares de brasileños y ciudadanos de paso por Brasil, la propia mandataria y sus principales asesores, e incluso las computadoras del ente estatal Petrobras fueron espiados por los servicios secretos estadounidenses, Brasilia anunció una férrea acción a nivel internacional contra el espionaje estadounidense.
Como primera medida, Brasilia promovió junto a Alemania y otros países escandinavos una reunión de la comisión de Derechos Humanos de la ONU para tratar del asunto, que tuvo lugar el viernes en Ginebra.
Según el corresponsal del diario «O Estado de Sao Paulo» en esa ciudad, Jamil Chade, los diplomáticos que participaron de la reunión discutieron específicamente «el caso brasileño» y se comprometieron a volver a reunirse este año, en el marco de la comisión, para analizar acciones conjuntas destinadas a preservar a los países del espionaje cibernético.
En lo que se interpreta como un intento por limar las asperezas entre Brasilia y Washington, el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, quien acompañará a Rousseff en Nueva York, se reunirá con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en un encuentro, según Chade, solicitado por el representante estadounidense.
Además de participar en la Asamblea de la ONU, Rousseff realizará en Nueva York una serie de actividades económico-comerciales. El miércoles 25, la presidenta sudamericana participará de una reunión con inversores, banqueros y empresarios estadounidenses que versará sobre las oportunidades de inversión en el área de infraestructura en Brasil.
Acompañan a la mandataria, además del canciller, los ministros de Desarrollo, Industria y Comercio, Fernando Pimentel; y de Hacienda, Guido Mantega.
Por Ana María Pomi