Madrid, 3 dic (EFE).- «Aquí Rodrigo Cortés. En 90 minutos todos muertos». Así debutó el cineasta gallego en Twitter hace más de dos años, justo antes de estrenar «Buried», pero lo que empezó como herramienta de promoción se convirtió pronto en laboratorio creativo y sus aforismos cuentan ya con más de 37.000 seguidores.
«Mi cuenta de Twitter es radicalmente inútil, no explico cómo han sido mis fiestas ni hago fotos del último capuchino que me han servido», asegura Cortés a Efe, con la misma ironía que destilan esos tuits, ahora seleccionados y recopilados en papel por la editorial Delirio.
El título, «A las 3 son las 2», refleja una de sus obsesiones, el tiempo. «Habla de una hora como un paréntesis en el que puedes modificar las cosas, ese momento mágico en el que viajas en el tiempo hacia atrás y puedes por un instante modificar la realidad», explica el hombre que se atrevió a rodar toda una película dentro de un ataúd.
Algo así, «suspender el tiempo un instante», es a lo que Cortés aspira con esta colección de píldoras que combinan poesía, humor y reflexión.
«Eso es lo que intentan, generar esos pequeños parones en la realidad que te permitan contemplarla desde un punto de vista por lo menos un poco diferente», señala.
Aunque también hay otra perspectiva más prosaica: «Lo que haces es tratar de canalizar una vía expresiva que quizá a nadie de a tu alrededor le interesa y, por razones puramente terapéuticas, la acabas lanzando a otros».
«El cuadro es normalito pero el marco incomparable», «En ‘Spanish Beauty’, la bolsa que da vueltas es del Día» o «En España se tambalea todo, pero no se cae nada», son ejemplos de sus ocurrencias, paradojas o juegos de palabras que abarcan desde el amor, al cine o la política y, en general, todo lo que significa ser humano.
«Twitter te exige un ejercicio de condensación que se parece mucho al de la poesía, no en términos líricos sino como mirada diseccionadora de la realidad», asegura Cortés.
«Partes de un concepto complejo y te ves obligado a comprimirlo, de modo que quien lo lea lo desempaquete y vuelva a recuperar toda esa información codificada. Es una gimnasia mental que me resultó muy estimulante desde el principio», añade.
Una gimnasia que practica, generalmente, en momentos de espera -«esos cinco minutos muertos antes de algo son la oportunidad perfecta», dice- y que cuenta con otro aficionado ilustre del cine, José Luis Cuerda.
«Su cuenta es una forma de literatura», asegura el director de «Luces Rojas». Aunque entre sus favoritos de Twitter cita también nombres desconocidos como Sandra Calvente (@Cucutras).
En ocasiones los aforismos de Cortés rozan el surrealismo: «Las últimas galletas de los surtidos se las acaba el que se come la cereza de los pasteles», «Este calor no me representa», «Me he golpeado la rodilla contra una mesita de café y ya no temo la muerte».
«Sin querer este libro ha acabado siendo lo que he hecho que más se parece a mi mismo», confiesa.
«Cada una de las sentencias o aforismos ha sido parido de forma diferente, con tonalidades muy distintas y humores muy diversos, de modo que al final se acaban reflejando todas las caras y todas las aristas del poliedro más o menos complejo que uno pueda ser», dice.
«La parte más seria, la más payasa, la más reflexiva, la más absurda, la más interesante y la más prescindible inevitablemente acaban reflejándose. Tanto ese laboratorio en que se ha convertido mi cuenta de Twitter como este libro son una especie de acceso a mi subconsciente».
Por Magdalena Tsanis