Río de Janeiro (dpa) – Conocidos por su irreverencia, los cariocas encontraron una forma creativa -y, a la vez, contundente- para protestar contra el alza incontrolable de precios registrado en la ciudad brasileña que recibirá la final del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016: una «moneda paralela».
El movimiento «Río $urreal» -un juego de palabras con el nombre de la divisa brasileña y la vanguardia artística- fue lanzado a través de facebook y su símbolo es una moneda de un real cuya efigie es precisamente el español Salvador Dalí, ícono del Surrealismo.
La comunidad conquistó a casi 150.000 seguidores en sus primeras dos semanas de existencia, y rápidamente inspiró movimientos similares en varias ciudades brasileñas, incluso en Brasilia, donde los usuarios pueden imprimir los billetes de «surreal» y entregarlos a comercios que practican precios considerados como abusivos.
El movimiento estimula los usuarios a publicar fotos de la factura con el nombre del lugar donde tuvieron que pagar demasiado caro, y con ello hace famosos -seguramente por razones no deseadas por sus propietarios- a los comercios acusados de cobrar precios abusivos.
Este ha sido el caso, por ejemplo, de un bar del elegante barrio Leblon, en Río, que cobra nada menos que 99 reales (43 dólares) por una hamburguesa, o del restaurante carioca que cobra exactamente el mismo precio por una tortilla rellena con seis camarones.
Para el economista José Julio Sena, de la Fundación Getulio Vargas, el aumento de precios se explica en parte por el bajo índice de desocupación (en torno al 5,5 por ciento), que hace incrementarse los salarios, así como por el aumento de la demanda interna.
Pero ello no explica todo: «No hay justificación objetiva para ninguno de esos precios, que están considerados como más absurdos. Innegablemente, hay personas que buscan sacar provecho de una situación», agregó el experto, al aludir precisamente a la cercanía de las grandes citas deportivas.
Según un estudio reciente, en algunos barrios los precios de alquiler de tiendas aumentaron casi diez veces más que la inflación desde que Río se convirtió en ciudad olímpica, un argumento usado por los comerciantes para explicar el alza en el precio de sus productos.
Ante la ausencia de perspectivas de que los precios vuelvan a bajar antes de 2016, cuando se realizarán los Juegos de Río, la comunidad «Río $urreal» defiende el boicot: «¡No pague!», recomienda la página creada por las periodistas Daniela Name y Andréa Cals, donde se publican además sugerencias para eludir la «inflación olímpica».
Una de ellas, bautizada de «isoporzinho», se puso rápidamente de moda en el verano carioca: para irse a la playa o a un bar, muchos jóvenes pasaron a llevarse una caja de poliestireno expandido («isopor», en Brasil) cargada con comida y bebida, para evitar tener que comprarlos afuera.
«No es un acto político, tampoco una protesta. Sólo queremos salir a beber con los amigos sin tener que vender un riñón para pagar la cuenta», afirmó el autor del movimiento, el VJ Guigga Thomaz.
En el mismo sentido, la página lanzó una campaña en favor de que todos se lleven a la playa sus propias sillas en lugar de alquilarlas, ya que el precio se triplicó: «¡Hagamos algo para combatir ese surrealismo desenfrenado de precios abusivos en Río!», argumenta.
Para una de sus creadoras, el éxito de «Río $urreal» se debe a que la página refleja el estado de ánimo de los cariocas frente a la llamada «inflación olímpica»: «Están todos hartos. Esto (el aumento de precios) superó todos los límites. Esto está mal», afirmó Andréa Cals.
Según el economista Salomao Quadros, de la Fundación Getulio Vargas, la «inflación olímpica» de Río afecta principalmente al sector de servicios, en especial en las áreas más elegantes de la ciudad.
«Fuera de las áreas turísticas, los consumidores de Río de Janeiro pueden encontrar productos más baratos», coincidió el economista Fabio Bentes. Pero el problema es que las áreas turísticas son precisamente el lugar donde querrán estar todos los que vengan a Río para el Mundial y para los Juegos Olímpicos. Y esto supone un costo muy alto.
Los interesados en alquilar un departamento de tres habitaciones en el famoso barrio de Ipanema en junio y julio próximos -durante el Mundial- tendrán que pagar nada menos que 1.500 euros (unos 2.050 dólares) por día.
En el mismo período, el precio de la noche en un hotel de tres estrellas de la zona sur llega a casi 500 dólares, dos veces y media la tarifa normal.
Por Diana Renée