(dpa) – Hay relojes que permiten algo fundamental para cualquier padre: saber dónde está su hijo. Los relojes ofrecen esta función a través del GPS y además pueden convertirse en teléfonos móviles sumándoles una simple tarjeta SIM. ¿Pero son tan maravillosos como parecen?
Problemas chinos
Algunos dispositivos no son tan inocentes. En Alemania existen organizaciones que testean y evalúan todo tipo de dispositivos, y actualmente una de estas organizaciones advierte que hay una marca de smartwatch china que tiene datos de más de 5.000 niños sin encriptar y en forma abierta en su servidor.
Allí se pueden ver los nombres, las fotos y el domicilio o el sitio en el que se encuentran los menores sin mayor esfuerzo. Los especialistas del instituto de evaluación tuvieron acceso a toda esa información sin más. Eso implica que podría haber terceros que hackeen las cuentas con herramientas poco sofisticadas y asuman el control de la aplicación. Si lo hacen, pueden establecer contacto con el menor o ver dónde se encuentra.
El distribuidor alemán retiró todos los ejemplares del mercado al conocerse esta información, pero el smartwatch aún puede ser adquirida través de algunas plataformas. «Si uno no es un experto en la materia, no tiene forma de saber si una app o un dispositivo son seguros», dice el experto en tecnologías de la información Maik Morgenstern.
¿Mejor controlar menos?
Los expertos critican el impulso de querer controlar todo, algo que se refleja por ejemplo en los «voice monitorings», el monitoreo de voz. Esta herramienta permite que los padres oigan lo que sucede alrededor del niño sin que nadie los escuche a ellos. Algunas instituciones critican este tipo de posibilidades diciendo que son invasivas en el desarrollo y la libertad de los niños.
En algunos países incluso se han interpuesto acciones legales para evitar este tipo de avances. En Alemania, por ejemplo, prohibieron ese tipo de «escuchas» en 2017, con lo cual también están prohibidos los dispositivos.
A la hora de comprar, los relojes suelen indicar en las instrucciones si tienen función de micrófono y si permiten que otro escuche lo que sucede.
La confianza es mejor que el control
Está claro que para un vínculo es mucho mejor generar confianza que pretender controlarlo. Es más, el control excesivo de la otra persona no sólo puede ser un freno para el desarrollo de su independencia, sino también un factor muy disruptivo en el intento de generar un vínculo de confianza entre padres e hijos.
Algunas organizaciones incluso dicen que no tiene mayor sentido recurrir a un dispositivo que transmita permanentemente la ubicación del menor, ya que esa información también puede resultar engañosa. Además, si las partes depositan todo en el dispositivo, ya no es necesario aprender cuestiones básicas como acordar a qué hora regresar, cómo hacer o incluso hablar con los menores sobre lo que les genera inseguridad o miedo.
¿La app evita lo peor?
Algunos expertos se muestran bastante escépticos, sobre todo en cuanto a las promesas de seguridad. Muchos temen que sus hijos sufran abusos o sean asediados sexualmente y creen que estas herramientas son una ayuda, apunta una de las especialistas consultadas. Sin embargo, ella misma advierte que la mayor parte de abusos suelen cometerse en el entorno cercano de los niños, con lo cual no necesariamente se los puede prevenir a través de una aplicación. En cambio es mucho más útil generar un vínculo de confianza entre padres e hijos.
Y si alguna persona igualmente quiere comprarle uno de estos relojes a su hijo, hará bien en informarse sobre los lineamientos básicos de protección de datos y las configuraciones que ofrece cada una de las marcas. Los relojes inteligentes suelen ser conocidos por ser bastante «codiciosos» a la hora de recopilar datos, por eso vale la pena analizar las evaluaciones que existan de cdada reloj y asegurarse de que no tengan un sistema muy fácil de hackear.
Por Tom Nebe (dpa)