Wiesbaden (Alemania), 14 sep (dpa) – Numerosos alemanes parecen haber hecho realidad su sueño de tener un amigo de cuatro patas durante 2020, en medio del confinamiento por la pandemia de coronavirus y las dificultades para viajar, según reflejaron hoy cifras oficiales.
De acuerdo con los números difundidos por la Oficina Federal de Estadística, el año pasado se recaudó una cifra récord por el impuesto que abonan los dueños de los perros en el país.
Prácticamente en todos los lugares de Alemania los propietarios de canes deben pagar una tasa anual, que puede variar desde tan solo cinco euros (5,9 dólares) hasta incluso 186 euros, dependiendo del lugar en que residan.
En la capital alemana, Berlín, por ejemplo, esta cifra asciende a 120 euros anuales por un perro y 180 euros por cada can adicional. La mayoría de las comunas también impone un impuesto más elevado a los llamados perros de pelea y a razas de perros clasificadas como peligrosas.
Las arcas públicas germanas ingresaron alrededor de 380 millones de euros (449 millones de dólares) procedentes de este impuesto a la tenencia en 2020.
Para las ciudades y comunas, este número representó un incremento del 2,7 por ciento, en comparación al año anterior. En 2019, se habían recaudado 370 millones de euros a partir de esta tasa.
Entretanto, esta tendencia prosigue en 2021. En el primer trimestre de 2021 estos ingresos se ubicaron en unos 159 millones de euros, y de esta manera un 8,4 por ciento por encima del mismo trimestre del año anterior. En el primer trimestre de 2020, se habían recaudado 146 millones de euros del impuesto a la tenencia de perros.
De todas maneras, esta tendencia a tener una mascota viene consolidándose desde antes de la pandemia si se considera como indicador los ingresos procedentes de este impuesto. En el año 2010, esta tasa le aportó a las ciudades y comunas 258 millones de euros.
En cambio, las cifras estadísticas revelaron que los precios de los alimentos para perros y gatos se incrementaron por debajo de la media.
En agosto de este año, los dueños y dueñas de perros debieron pagar solamente un 0,7 por ciento más por alimento que en el promedio del año 2015. En cambio, el índice de precios al consumidor subió en ese mismo lapso un 10,1 por ciento.
