Guadalajara (México), 29 nov (dpa) – Los escritores nicaragüenses Sergio Ramírez y Gioconda Belli coincidieron en que su país podrá solucionar la grave crisis política en la que se encuentra sumido desde abril pasado, según manifestaron en un diálogo mantenido en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
«El peso de los acontecimientos va a empujar al régimen a una salida pacífica. Podemos solucionar nosotros solos con la madurez suficiente esta crisis, para salir de un gobierno no democrático sin el uso de las armas, lo cual significaría un vuelco definitivo en la historia de Nicaragua», señaló Ramírez.
El Premio Cervantes de 2017 conversó frente al público sobre la actualidad de Nicaragua con su compatriota Belli en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La crisis en el país centroamericano se inició en abril con una protesta de universitarios que se extendió a otros sectores tras la violenta actuación gubernamental, que ha dejado 200 muertos según el Gobierno y 325 según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque ONG de derechos humanos elevan la cifra de víctimas a 528.
«Querer que el régimen actual desaparezca mañana no es un asunto de voluntad, sino de posibilidades políticas. El pueblo ha optado por la lucha pacífica, entonces se impone una solución pacífica negociada, un diálogo nacional que fije una transición democrática», explicó Ramírez.
«El gobierno tiene que querer, debe abrirse a un solución. Nicaragua no es Venezuela, que a pesar de todo sigue bombeando un millón de barriles de petróleo diario. Es muy pequeña, con una economía frágil, de juguete, diez veces menor que Costa Rica, estas realidades son las que hay que ver a la hora de negociar un cambio, y ese cambio tiene que implicar unas elecciones transparentes, que la gente decida qué gobierno quiere», añadió el escritor.
Belli coincidió con Ramírez. «Creemos que con el nivel de represión que hay, es mejor que no haya cabezas visibles en la oposición, pero eso no quiere decir que no se esté trabajando una propuesta de futuro», dijo.
«Tiene que ver con cómo pasar pacíficamente desde el diálogo de un gobierno a otro, hacer concesiones. Eso sí, tener unas elecciones ultra vigiladas es la aspiración que tenemos. Culturalmente hay un cambio de consciencia, la gente quiere salir de la inercia de dejar que ese hombre (el presidente Daniel Ortega) se quede engarzado en el poder», agregó Belli.
El autor de «Margarita, está linda la mar» también recordó que las otras opciones están «descartadas» porque «no se ven en el horizonte». «Una guerra civil le costó al país muchos muertos, desplazados, destrucción total de la economía: eso es lo más indeseable», señaló.
«Un golpe de Estado tampoco es solución, la historia de Latinoamérica demuestra que nada bueno puede salir de ahí. Y una intervención militar es imposible, nadie la quiere», precisó Ramírez.
Unos minutos antes, Belli ya había criticado el régimen de Ortega, en el cargo desde 2007, en la presentación de su último libro «Las fiebres de la memoria». «Se ha perpetuado en el poder, es un Estado casi monárquico donde sólo mandan él y su esposa», declaró.
La también autora de «La mujer habitada» se refirió a Rosario Murillo, esposa de Ortega y vicepresidenta de Nicaragua. «Ese mal manejo del país es lo que causó la rebelión, que también tuvo que ver con la represión que tuvimos que soportar», completó Belli.
«El dolor que tenemos, el miedo también, de que cualquier día vienen contra nosotros, contra los escritores e intelectuales. Hasta ahora hemos estado un poco protegidos por la visibilidad pero no sabemos en qué momento se va a terminar», finalizó Belli.
Ramírez, por su parte, reiteró su apoyo a la «insurección pacífica», ya que de una guerra civil «siempre surge un caudillo triunfante, con el prestigio de las armas, y ese caudillo ha devenido en tirano, siempre, más allá de las ideologías».
Sin embargo, Ramírez recordó que el gobierno de Ortega «ya no tiene nada qué ver con la Revolución Sandinista». «Más para atrás no podemos ir, nosotros hemos estado estos diez años en un gobierno neoliberal», finalizó.
Los autores nicaragüenses charlaron en una sala de la Feria de la ciudad mexicana donde varios de los asistentes portaban pequeñas banderas del país centroamericano y que además colocaron al frente una manta con dibujos de gente protestando bajo una leyenda: «Nicaragua será libre».
Por Manuel González Vargas (dpa)