(dpa) – La descripción del trabajo suena atractiva y ahora se trata de contactar con el empleador, es decir, solicitar el trabajo.
Aparte de una carta de presentación convincente, también se necesita un currículum vitae bien diseñado. Pero quien no siga las normas y disposiciones actuales corre el riesgo de que el seleccionador de personal descarte rápidamente la solicitud.
Una de las normas básicas para el CV moderno es «empezar siempre con el último puesto de trabajo que se ha tenido», afirma Corinna Sponer-Kessinger, asesora en el servicio de orientación laboral de Rundstedt, en Fráncfort.
Lo que también funciona es «diseñar la primera página del CV con una foto del candidato», añade Jutta Boenig, empresaria dedicada a la consultaría en la localidad alemana de Überlingen y presidenta de la sociedad alemana para orientación laboral (DGfK).
La portada muestra estilo, pero no es una obligación
En la portada, el candidato coloca su foto en la parte superior, su nombre debajo, luego la fecha de nacimiento y su dirección postal. «Una portada así tiene estilo, pero no es imprescindible», señala Boenig.
Por su parte, Sponer-Kessinger aconseja añadir un perfil de competencias conciso en la portada y desarrollar puntos clave. «De esta forma el seleccionador de personal puede hacerse con una primera impresión del candidato».
Para ello conviene centrarse en los hechos, por ejemplo, «responsabilidad de la gestión de 30 personas» o «responsable de un presupuesto de …» y dejar para otro apartado capacidades como el buen rendimiento o la creatividad.
Vincular las actividades profesionales con el éxito
En las páginas siguientes el candidato entra en detalles. Enumera sus actividades profesionales y seguidamente las enlaza con los éxitos alcanzados con ellas.
En el siguiente apartado describe su formación complementaria, seguida de sus prácticas y las fases por las que ha ido pasando su formación.
También en esta sección se tienen que poner las últimas prácticas en primer lugar e ir retrocediendo en el tiempo.
En el apartado dedicado a los estudios conviene diferenciar de forma separada los estudios superiores, la formación profesional u otros estudios realizados. Y por último el candidato enumera otros conocimientos como los idiomas, sus habilidades informáticas y sus aficiones.
«En el caso de los académicos suena anticuado mencionar la escuela de secundaria a la que fueron en el CV», señala Boenig. Cuando se tiene un título universitario se da por descontado que se ha estudiado en la secundaria. En la actualidad ya nadie menciona en el CV la escuela de primaria a la que fue.
No todas las prácticas se incluyen en el CV
En lo referente a las prácticas, cuando más alejadas en el tiempo, menos relevancia tienen para el currículum vitae. Los candidatos no tienen que incluir todo en una página. «Según la experiencia laboral de cada uno, el CV puede constar de tres y hasta cuatro hojas», señala Sponer-Kessinger.
A lo que sí hay que prestar atención es a destacar solo aquellos trabajos que son importantes para el puesto al que se está optando.
En Internet se pueden encontrar un sinfín de plantillas para elaborar currículums, pero Boenig aconseja no usarlas. «Da mejor impresión crear un CV propio, de forma individual», señala Sponer-Kessinger.
A todos aquellos que recurran a las plantillas de Internet les aconseja no obstante que al menos las personalicen, les den un toque personal cambiándolas al menos un poco.
Por Sabine Meuter (dpa)