(dpa) – Por mucho que los dueños de los gatos traten de estar atentos a los caminos por los que transitan sus mascotas, los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento.
Un estúpido clavo sobresale de la pared, un vidrio roto está tirado en el piso o el felino se pelea con otro gato y le aparece una herida en la pata. ¿Qué hacer entonces?
En caso que la herida sea más grande que un rasguño, el veterinario deberá evaluarla. Pero, hasta entonces, es necesario que el dueño proporcione primeros auxilios.
En caso que el animal sangre fuertemente o que incluso brote sangre rojo claro de la herida, deberá aplicarse un vendaje compresivo, según recomienda la revista especializada «Ein Herz für Tiere» (edición 1/2020).
Para ello se tapa la herida con un trozo de gasa estéril, se la fija con un vendaje de gasa, se agrega otro elemento para hacer presión sobre la herida y luego se envuelve todo con un vendaje elástico.
Los cuerpos extraños que han penetrado en el organismo del animal, como por ejemplo una pequeña astilla de madera, preferentemente deben ser dejados en su lugar y vendados también.
Como todo el procedimiento puede causarle dolor al gato, la mascota por lo general tan amorosa puede reaccionar de manera agresiva, por lo que en lo posible es importante utilizar guantes de cuero.
Y antes de que salga a toda velocidad con el animal lastimado rumbo al veterinario, pese a toda la zozobra es importante llamar antes por teléfono, para verificar que el consultorio efectivamente esté abierto.
Porque cada minuto cuenta: en caso que el veterinario tenga que coser, solamente podrá hacerlo en las cuatro horas posteriores a la lesión. En caso que se llegue más tarde, deberá reabrir la herida para que pueda ser cosida.
Debido a que las suturas o los bordes de la herida pican durante la curación, el animal tratará de lamer o mordisquear la herida. El gato puede tirar fácilmente de los puntos de sutura, con lo que la herida se abre de nuevo. Un collar isabelino puede por lo tanto evitar que el animal se lastime.