Bruselas/Madrid, 23 nov (dpa) – La situación de Gibraltar, el peñón situado en el sur de la península Ibérica, es uno de los últimos escollos por superar para aprobar el acuerdo alcanzado entre Londres y Bruselas sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).
El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, avisó de que su país vetará la aprobación del acuerdo en la cumbre de la UE de este domingo en caso de que no se modifique la situación de Gibraltar en el texto, algo que, dos días antes de la cita, no ocurrió aún.
En concreto, el mandatario socialista quiere que los acuerdos que firmen Reino Unido y la UE sobre el «Brexit» no se apliquen a Gibraltar, salvo que España dé su visto bueno. Por el contrario, la premier británica, Theresa May, quiere incluir al peñón en la negociación.
«Como país, no podemos asumir que lo que vaya a pasar con Gibraltar en el futuro dependa de una negociación entre el Reino Unido con la UE», explicó Sánchez esta semana. «Tendrá que ser algo que definamos, negociemos y acordemos el Reino Unido y España».
El peñón, de apenas 6,7 kilómetros cuadrados situado en el sur de la península Ibérica, está bajo soberanía británica desde 1713, pero España lo reclama como propio. Madrid teme que el acuerdo sobre el «Brexit» termine fijando el estatus de Gibraltar según la visión británica y sin intervención española.
España introdujo por eso el año pasado una suerte de poder de veto en la UE para cualquier decisión que afecte a Gibraltar, pero considera que un artículo del acuerdo sobre el «Brexit» no deja suficientemente claro que el tema del peñón debe ser negociado de forma bilateral entre Madrid y Londres.
Fuentes diplomáticas en Bruselas aseguraron que los servicios jurídicos tanto del Consejo Europeo como de la Comisión consideran injustificados los temores de España. Todas las partes trabajaban hoy a contrarreloj para acercar posiciones y solventar uno de los últimos obstáculos a la aprobación del acuerdo el domingo.