(dpa) – Las grasas no tienen por qué engordar. «Es cierto que aportan más calorías que el azúcar, pero también generan una mayor sensación de saciedad, y eso evita que uno esté picoteando entre las comidas», explica la nutricionista Dagmar Cramm. Eso sí, no todas las grasas son iguales. La especialista recomienda reemplazar todas las grasas saturadas por las no saturadas.
El primer paso es poner en la mira la mantequilla, que puede ser reemplazada sin mayor inconveniente por algún producto untable compuesto de poca mantequilla y algún aceite rico en omega 3. Los mejores aceites son el de colza, el de lino y el de camelina sativa, que tiene un sabor fresco y pastoso.
También se recomienda que los consumidores, a la hora de prepararse un snack o sandwich, opten por embutidos vegetarianos en lugar de quesos y fiambres, que contienen grasas saturadas. Es más, si uno tiene tiempo, lo ideal es freír algunas verduras con aceites saludables y untar el pan con esas verduras.
«Las pastas con pesto también son una buena alternativa a las salsas con crema. Y cuando hay alguien que no puede renunciar de ninguna manera al sabor de la mantequilla, puede utilizar aceite de colza con aroma de mantequilla», que también existe, recomienda Dagmar. La nutricionista tiene otro consejo para quienes no se pueden desprender de la mantequilla: ¡Reemplacen al menos la mitad de lo que utilizan para cocinar o freír por aceite de colza!
Dagmar asegura que no tiene ningún sentido sustituir la mantequilla por aceite de palma o de coco, que también tienen un elevado porcentaje de grasas saturadas. ¿Cómo reconocerlo? Porque cuando los colocas en la nevera se solidifican como una masa. El lema de Dagmar para detectar las grasas «buenas» es: «La grasa debe fluir». Un ejemplo excelente es el aceite de lino. «Cuando lo congelas en una cajita, no pierde su consistencia cremosa. Eso se debe a su gran contenido de grasas no saturadas», explica.
La nutricionista recomienda además sospechar de los envases que llevan la indicación de «grasas vegetales». Es mucho mejor que entre los contenidos se detalle qué tipo de grasas contiene el producto, sea aceite de soja, de colza, de girasol o de oliva.
Tampoco es muy buena opción comprar quesos untables prefabricados, porque suelen estar hechos con grasas lácteas, es decir tipo mantequilla, saturadas. ¿Con qué se pueden reemplazar? «No es nada del otro mundo preparar su propia mezcla untable con un requesón descremado, agua mineral, aceite de colza y hierbas a gusto», recomienda.
Y si te gusta hacer pan y tartas dulces, no olvides que siempre puedes sustituir la mantequilla por margarina o aceite.
¿Un último consejo? Ya que estamos reemplazando los ingredientes tradicionales por otros más saludables, deja la harina blanca tipo 405 y utiliza la 1050, que contiene muchos más minerales.
Por Claudia Wittke-Gaida (dpa)
Foto: Robert Günther/dpa-tmn