Hoy en día, muchos gabinetes de psicología siguen asegurando “la máxima discreción” a los clientes que acuden a su consulta. Este hecho implica que acudir a un psicólogo sigue siendo mal visto entre la mayoría de la gente.
Lo que acaba provocando esta percepción de la psicología es que muchas personas acaben buscando ayuda psicológica cuando el nivel de malestar o sufrimiento está siendo ya inaguantable y la ayuda psicológica es la última opción para un problema que, de haberse empezado a solucionar antes, habría sido solucionado rápidamente.
¿Por qué motivos acudir al psicólogo?
Las terapias psicológicas buscan alcanzar el bienestar de las personas, así que, lo primero de todo, va a ser autoanalizarnos de manera objetiva en nuestro día a día en cosas como:
- Alteraciones en acciones normales en tu vida: dormir poco o dormir demasiado, comer poco o comer demasiado, incluso si el hecho de vivir te hace sentir satisfecho o encuentras sentido a tu vida, o bien sientes sensación de vacío o aburrimiento en ella. También debes valorar si tienes control sobre otras cosas que haces a lo largo del día (beber consumir drogas, exceso de tiempo con videojuegos o juegos de azar, etc.).
- Cómo funcionas en tu vida a nivel personal, familiar, laboral o social y si necesitas mejorar en alguna de ellas.
- Cómo funciona tu mente: miedos o pensamientos negativos que te bloquean y no te dejan ser libre; si controlas tus emociones o tus emociones te controlan, o si estás preocupado todo el rato por cosas insignificantes. En definitiva, si tienes un estado de ánimo bajo la mayor parte del día.
Concluimos que todos deberíamos dormir bien, comer bien, beber con moderación, tener un estado de ánimo normal, tener buenas relaciones en todos los ámbitos de nuestra vida y tener una mentalidad positiva. Pero si alguna de estas cosas fallan, un buen psicólogo puede ayudarnos para nuestro día a día.
Otra cosa es que manifestemos una serie de trastornos con diagnósticos clínicos: ansiedad, depresión, hiperactividad, problemas de aprendizaje, dislexia, etc. en donde es más que probable que nuestro médico de cabecera nos recomiende hacer terapia a nosotros, o también a nuestros hijos.
Según la psicóloga Patricia Nafría, psicóloga de Madrid algunas señales serían “perder la ilusión por cosas que antes sí nos llamaban la atención o nos ilusionaban puede ser un síntoma de depresión, pero un síntoma de que algo nos pasa es ver que los demás se están preocupando por nosotros: el dolor emocional o la depresión son a veces invisibles a nuestros ojos”.
Pero una de las patologías más recurrentes en las consultas viene de la mano de la ansiedad. Desde el gabinete Psicotep, psicólogo especializado en ansidedad en Madrid nos recomiendan una psicoterapia cuando esta ansiedad nos supera: “si notamos un nivel elevado de ansiedad que nos impide realizar una vida normal o no nos deja resolver situaciones o problemas habituales, si se descontrola esa ansiedad o altera nuestras relaciones sociales, laborales…”
Resulta interesante escuchar las voces de estos profesionales, los mejores psicólogos de Madrid, acerca de la ansiedad y la depresión.
Mentorías y coaching
Sin duda alguna, debemos perder nuestro miedo al psicólogo, porque puede ayudarnos con todos los problemas anteriormente descritos, pero además se puede ir un paso más allá.
Y es que, desde hace unas décadas, la psicología ha evolucionado en una modalidad muy interesante, basada en el autoconocimiento y cómo podemos trabajar en nuestro interior. Conceptos como coaching, mentorías, resiliencia, etc. hacen referencia a caminar hacia el desarrollo humano.
En palabras de Ruben Fornell, psicólogo en Ibiza, “creo que la psicología trabaja hacia un camino más transversal y planteo una mentoría para terapeutas en la que aporto precisamente diferentes herramientas terapéuticas basadas en esa misma transversalidad”.
Un mentor o un coacher, como su nombre indica, es un tipo de entrenador mental que nos puede ayudar a superar dificultades en nuestra vida, o, incluso, encontrarle sentido. Para ello, existen técnicas como la programación neurolingüística (PNL) o la hipnosis que trabajan para reprogramar nuestro cerebro y eliminar los frenos que no nos dejan avanzar hacia una vida mejor.
Mens sana in corpore sano
Está comprobado que poner solución a nuestros problemas en la psico es un paso más para cuidarnos a nosotros mismos, algo tan necesario como una buena alimentación o la práctica de una actividad física. Un triángulo que mejora nuestras vidas.
Dejar de ver el psicólogo como la persona que cura a los locos y verlo como un apoyo para superar estrés, ansiedad e, incluso, entrenarnos mentalmente para saber enfrentar los obstáculos que la vida nos pone y superarlos, implica ver a esta disciplina como algo natural y y tener experiencias plenas en todos nuestros ámbitos a la vez que ello sea extensivo a todas las personas, independientemente de su edad: adultos, adolescentes, niños…