Múnich (dpa) – Una simple muestra de ADN puede brindar información detallada acerca del origen de los ancestros, según aseguran varias empresas genealógicas que ofrecen kits de pruebas en sus páginas de Internet.
El solicitante recibe en su domicilio un paquete que incluye unos hisopos bucales además de las instrucciones.
Tras pasar el bastoncillo de algodón por la parte interior de la mejilla y colocarlo en un tubo pequeño, se envía la muestra de saliva al laboratorio genético. De uno mismo depende que el procedimiento se realice de manera esterilizada.
El ácido desoxirribonucleico (ADN) es el material hereditario en las células del cuerpo humano y lleva en sí un registro genético único.
Cada vez más personas utilizan los servicios de empresas como Ancestry, MyHeritage, 23andMe e iGENEA para rastrear su árbol genealógico.
Ancestry, con sede en Múnich, Alemania, informa que más de 15 millones de personas en todo el mundo se han sometido a pruebas de ADN, y tres millones de abonados utilizan la plataforma para la investigación genealógica.
MyHeritage de Israel tiene más de cien millones de usuarios registrados en todo el mundo. «El interés por la genealogía está creciendo y contamos miles de nuevos usuarios cada día», señala la empresa israelí.
El proveedor suizo iGENEA, por su parte, también informa que cada año se incorporan nuevos clientes, «con un fuerte incremento desde 2016».
Las pruebas analizan los segmentos de ADN seleccionados y los comparan con los datos de referencia. El costo de estos análisis varía.
Por ejemplo, en Alemania, una análisis genético se pueden obtener a partir de los 60 euros (66 dólares). A veces hay ofertas. Si se quiere comparar el propio ADN con el de todos sus parientes y ancestros se deberá más de 1.000 euros.
Una vez que se recibe el resultado que puede indicar por ejemplo un «17 por ciento sueco», un «34,8 por ciento inglés» o un «10,6 por ciento español» cabe preguntarse acerca de cuán seria es la información y cómo evaluarla.
«Todo tiene pies y cabeza», asegura Stephan Schiffels, del Departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck de Historia Humana.
El científico destaca que lo importante es interpretar las cifras. «Esta prueba funciona muy bien para las relaciones más cercanas, que llegan hasta los primos de cuarto grado». Pero se hace más compleja si el parentesco es más lejano, explica.
Según el físico, hay muy poca diferencia entre los grupos genéticos dentro de Europa. «Hubo mucha mezcla de genes entre los países cercanos».
Se pueden distinguir grupos más grandes como los escandinavos y los mediterráneos. «Pero cuanto más detallada es la información, más cuestionable se vuelve», explica Schiffels. «Es casi imposible saber cuántos de mis antepasados son de Prusia, Baviera, Suabia o Frisia», asevera.
En sus sitios web las empresas explican cómo trabajan y qué resultados ofrecen. «De esta manera evitamos falsas expectativas y conseguimos una mayor satisfacción del cliente», afirma un portavoz de iGENEA, quien asegura que apenas reciben críticas.
Muchos ofrecen opciones adicionales, como crear árboles genealógicos o revisar bases de datos. También se cuentan historias sobre reuniones familiares que fueron posibles gracias a un análisis de ADN.
«Después de décadas finalmente he encontrado a mi medio hermano en Estados Unidos», relata un cliente, mientras otro dice: «En muchos países me siento como en casa. Ahora sé por qué».
«Podemos rastrear el origen genético en más de 500 regiones en todo el mundo. Además de países enteros, la lista también incluye combinaciones de regiones como por ejemplo «el norte de Chihuahua y el suroeste de Nuevo México», «Alsacia-Lorena y Dakota del Norte» o «Sajonia, Iowa e Illinois», detalla una portavoz de Ancestry.
En países como Irlanda e Inglaterra, en los cuales muchas personas figuran en la base de datos de Ancestry, se han podido crear grandes árboles genealógicos. En algunos casos las «comunidades genéticas» se pueden establecer en un radio de unos 16 kilómetros, según la portavoz.
«En cambio, Alemania ha tenido muchas olas de inmigración y emigración», continúa. «Esta diversidad se traduce en un patrimonio genético de múltiples capas», agrega.
Por su parte, Isabelle Bartram, de la asociación alemana «Gen-ethisches Netzwerk», menciona casos en los que las pruebas realizadas por diferentes empresas arrojaron resultados distintos para la misma persona.
«Al no haber normas ni controles para las pruebas genéticas no es sorprendente», sostiene. Además, ninguna población de referencia puede representar completamente a las personas de una región determinada, agrega.
Bartram es especialmente crítica con la ausencia de protección de datos. «La persona que envía su muestra de saliva a una empresa que ofrece kits de análisis de ADN entrega información muy privada sobre sí misma», advierte.
Los datos de ADN son especialmente delicados, pues son inalterables e identifican inequívocamente a cada persona. Algunos términos de uso contienen información sobre la divulgación de datos con fines de investigación.
El presidente de la Oficina Estatal de Supervisión de la Protección de Datos del estado federado de Baviera, Thomas Kranig, recuerda que la genealogía del ADN es un área muy delicada en términos de la ley de protección de datos.
Kranig demanda una protección mucho mayor y advierte que remarca que la protección debería ser mucho mayor que la que se refiere a la «simple información del cliente»
Incluso el ADN de personas fallecidas, para las que ya no rige la protección de datos, se puede aplicar para personas aún vivas, señala Kranig. El funcionario advierte que incluso a partir del ADN de personas fallecidas -a las que ya no se aplica la protección de datos-, se puede inferir información sobre personas aún vivas.
Ancestry recibió el premio negativo Big Brother Award 2019.
Thilo Weichert, ex titular de protección de datos del estado de Schleswig-Holstein, dijo que la empresa no proporciona a los clientes alemanes el asesoramiento sobre toda la información que se puede obtener de un análisis de ADN, «aunque esto es obligatorio en virtud de la ley alemana de diagnóstico genético».
Un padre puede incluso enviar su ADN y el de sus hijos para que se realice una prueba de paternidad, aunque la ley alemana lo penalice.
Recalca Weichert que las personas que entregan una prueba de ADN deben tener muy claro lo que están haciendo.
«Proveedores como Ancestry están abusando del interés en la investigación familiar para acumular un inmenso tesoro genómico para la investigación comercial, porque ese es su verdadero propósito», resume Weichert.
«Estamos viendo una tendencia: después de la explotación de los datos de Internet, la explotación de los datos genéticos se está convirtiendo en otro gran tema», añade.
Por Marco Krefting (dpa)