Berlín, 24 dic (dpa) – El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, reconoció en esta Navidad que la crisis derivada de la pandemia de coronavirus generó sufrimiento y renuncia, pero expresó a la vez su esperanza de que comience a mejorar la situación.
«Un tiempo difícil ha quedado atrás. La pandemia arroja sus sombras también sobre este festejo de Navidad», señaló el mandatario en su discurso oficial navideño que será difundido el 25 de diciembre.
«Pero podemos alegrarnos de que podremos celebrar la próxima Navidad como nosotros amamos: en un gran círculo familiar, con nuestros amigos, con abrazos y cánticos», agregó.
Steinmeier afirmó que hay razones para tener confianza y en ese sentido subrayó que esta semana fueron aprobadas las vacunas y a partir del domingo comenzará la vacunación en Alemania.
«Todavía tenemos un largo y difícil camino por delante. Pero vemos que la tan esperada luz al final del túnel se hace más brillante. Ahora nos acercaremos paso a paso a la salida de la crisis», destacó en su discurso.
El presidente alemán describió en tanto las asoladoras consecuencias de la crisis de coronavirus.
«Un virus diminuto ha tomado el poder sobre nuestras vidas y nuestros pensamientos, ha contrariado planes y ha destruido sueños», expresó.
Steinmeier apuntó que la gente debió renunciar a muchas cosas de las que hubiera disfrutado. «La pandemia nos ha recordado cuán vulnerables somos los humanos, cuán frágil es lo que nosotros llamamos nuestra ‘vida normal'», añadió.
El mandatario reconoció que resulta difícil celebrar despreocupadamente la Navidad. «Muchos ancianos y enfermos están solos para protegerse del virus. Para algunos, en especial los más jóvenes, esta Noche de Paz fue demasiado tranquila», subrayó.
El presidente alemán recordó en tanto el esfuerzo del personal sanitario que trabaja en la unidades de terapia intensiva y la preocupación de sus amigos y familiares.
«Pienso en las personas que perdieron la batalla contra la enfermedad. Muchos padecieron una muerte amarga, solitaria, y se los echa mucho de menos», expresó.
Subrayó además que los países vecinos de Alemania también sufren, al igual que familias, artistas, trabajadores del rubro gastronómico o comerciantes.
Steinmeier instó sin embargo a «no olvidar las cosas buenas que sucedieron este año entre tantas otras malas».
«Estos días en particular estamos viendo que el virus no nos está separando. Al contrario, nos está acercando», afirmó el presidente, que destacó que muchas personas se superaron a sí mismas y lucharon contra el virus.
Muchos apoyaron a «la tienda de la esquina, la escuela de música, el club deportivo» o se involucraron en el trabajo voluntario, dijo. «En una época de incertidumbre, aprendimos que podemos confiar en nuestra democracia», continuó.
Steinmeier remarcó en tanto que los que niegan el peligro del virus alzan a menudo mucho su voz, «pero los sensatos son la gran mayoría».
Por eso, subrayó el presidente alemán, esta Navidad es también una celebración de la esperanza.
«La gran mayoría de la gente en nuestro país actúa con consideración y solidaridad, no porque el Estado se lo diga, sino por razón, compasión y responsabilidad. Deseo que llevemos este sentido de la ciudadanía con nosotros al próximo año», declaró.
El jefe de Estado alemán llamó a rescatar el valor y la fuerza de entre las experiencias vividas en esta pandemia para luchar contra otras amenazas como el cambio climático, la hambruna o la pobreza.
«Actuemos de forma conjunta en nuestro país, en Europa, con un nuevo Gobierno al otro lado del Atlántico, también en todo el mundo», deseó Steinmeier.