(dpa) – A menudo los gatos suelen elegir el momento en el que sus dueños se van a dormir para aumentar su actividad e intentan involucrar a los humanos en sus juegos a cualquier precio: metiendo el hocico entre las sábanas o recostándose sobre la almohada.
Ante esta situación solo hay una solución: ¡Cerrar la puerta del dormitorio! Pero, ¿qué hacer si al amanecer el minino empieza a maullar al otro lado? Para evitar que el concierto gatuno se convierta en hábito matutino, Helga Hofmann, de la asociación de empresas de productos para mascotas de Alemania (IVH), aconseja a los dueños que no sirvan el desayuno a las mascotas nada más levantarse de la cama.
Rutina previa al desayuno
Hay que introducir una rutina en la que el gato aprenda cuándo es su turno. Un sonido como el funcionamiento de la cafetera puede servir de referencia a la mascota de que se acerca el momento en que también ella disfrutará de su primera comida del día.
Así, el gato no se acostumbrará a una hora fija y sus dueños podrán dormir durante más tiempo los días festivos sin que unos maullidos hagan las veces de despertador.
Por último, Helga Hoffmann señala que los arañazos, ronroneos y gruñidos nocturnos deben ser ignorados por norma, incluso si es necesario con la ayuda de tapones para los oídos pues sólo así el gato aprenderá que sus esfuerzos por llamar la atención, no serán recompensados.