(dpa) – «El día de la fuga». Así llaman muchos hogares de animales el día en que se celebra el Año Nuevo, porque muchas mascotas salen disparadas de sus hogares y terminan siendo entregados hasta que aparezcan sus dueños.
«En la noche de Año Nuevo tenemos un pico enorme de trabajo», cuenta Kristina Berchtold, que trabaja en un hogar de mascotas perdidas en Múnich, Alemania. Kristine dice que los fuegos artificiales y demás petardos empiezan a sonar mucho antes de la medianoche, y que paralelamente comienzan a llegar a su hogar los animales. Donde ella trabaja suelen recibir un promedio de 20 mascotas el 31 por la noche. ¿Qué se puede hacer para que esto no suceda? ¿Irse a algún paraje en donde no se celebre el Año Nuevo es la única solución?
¿Calmantes?
Muchos amos recurren a los calmantes, pero lo cierto es que la automedicación no es buena, ni en humanos, ni en animales. Lo mejor es ir a un veterinario que recomiende qué utilizar.
Correa
Otro punto importante es tener la correa adecuada en caso de que la mascota sea un perro. Lo ideal es tener siempre una correa de pecho para poder hacer más resistencia en caso de que el can quiera correr hacia cualquier parte cuando entra en pánico. Mejor aún son las correas que tienen una cinta adicional a la altura del abdomen.
Cuando la mascota es un gato, será mejor que esa noche no ande por los techos y se le cierren las puertas hacia el exterior.
En líneas generales, el consejo básico es no dejar a las mascotas solas en casa ni sacarlas a pasear a la calle porque todos los presentes quieren ver los petardos. Más vale cerrar las puertas y las ventanas e intentar consolar al animal.
El auto, ¿un buen refugio?
En realidad, si uno no tiene demasiado interés en los fuegos artificiales, lo mejor que puede hacer es subirse al coche con la mascota y dirigirse hacia algún lugar en el que no se escuchen tantos ruidos. En algunas regiones, basta con encaminarse por la autopista porque en las zonas cercanas a la ruta no se tiran tanto cohetes.